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Siempre he sido un pensador global, bueno para encontrar conexiones entre bits aleatorios de información. Pero esta fuerza tiene una debilidad correspondiente: Debido a que estoy tan concentrado en el panorama general, los detalles se me escapan.
De acuerdo con la teoría de la coherencia central, las personas con autismo tienen exactamente el problema opuesto. Están tan centrados en los detalles que no pueden vincular de manera coherente la información en un todo significativo.
Las personas con autismo pueden recordar todos los detalles de una historia, por ejemplo, sin poder recordar la narrativa. Son mejores para encontrar formas incrustadas en imágenes complejas, la prueba clásica de coherencia central, pero tienen dificultades para generalizar y transferir conceptos en diferentes contextos.
Un nuevo estudio sugiere que una estrategia llamada evaluación dinámica puede ayudar a las personas con autismo a trascender sus déficits de coherencia central. La estrategia divide el aprendizaje de nuevos conceptos en pequeños pasos, que pueden ser más adecuados para las personas con autismo.
En este enfoque, los investigadores evalúan a los estudiantes no solo antes y después de aprender una nueva tarea, sino mientras se dedican a aprenderla.
Los investigadores observaron a 52 niños con autismo, entre las edades de 8 y 12 años, que asistían a escuelas convencionales o especiales. Utilizaron la Prueba de Figuras Incrustadas de Niños para medir la coherencia central en cada niño: Cuanto mejor encuentren los niños las formas ocultas, más débil será su coherencia central.
Los investigadores pidieron a los niños que colocaran bloques de colores tridimensionales en una plantilla de madera. Tuvieron que copiar el patrón de otra plantilla, por lo que la tarea es una prueba de la capacidad de transferir un concepto.
Además de organizar los bloques por color, altura y posición, trabajar con un maestro para completar la tarea permite a los niños usar palabras como arriba, abajo, izquierda, derecha, igual y diferente.
A todos los niños en el estudio les fue mejor cuando trabajaron con un maestro. Sin embargo, los niños que mostraron evidencia de coherencia central débil tuvieron dificultades para repetir su éxito sin la ayuda de un maestro más adelante. Sin embargo, los niños de inteligencia no verbal promedio o superior al promedio pudieron completar con éxito la tarea nuevamente sin la ayuda de un maestro, demostrando que efectivamente habían aprendido la tarea.
Este hallazgo sugiere que los niños con autismo que tienen inteligencia media o alta pueden compensar sus problemas con una coherencia central débil, al igual que pueden aprender a superar sus debilidades en teoría de la mente, la capacidad de comprender los deseos y creencias de los demás.
Algunos sistemas de escuelas públicas han logrado grandes avances en la educación efectiva de niños con autismo de alto rendimiento junto con sus compañeros no afectados. Estudios como este muestran que están en el camino correcto al reconocer que los niños con autismo son capaces de aprender de manera efectiva, si reciben el tipo de instrucción adecuado.