El consumo de una amplia variedad de especies de reptiles capturados en la naturaleza ha sido una fuente importante de proteínas para los seres humanos en todo el mundo durante milenios. Tortugas terrestres, serpientes, lagartos, cocodrilos e iguanas se cultivan ahora y el consumo y el comercio de su carne y otros productos comestibles han aumentado recientemente en algunas áreas del mundo. Los riesgos biológicos asociados con el consumo de productos de carne y huevos de reptiles de cría y silvestres incluyen infecciones causadas por bacterias (Salmonella spp., Vibrio spp.), parásitos (Espirometra, Triquinas, Gnatostomas, pentastómidos), así como intoxicaciones por biotoxinas. Para cocodrilos, Salmonella spp. constituyen un riesgo significativo para la salud pública debido a la alta tasa de portadores intestinales que se refleja en una tasa de contaminación igualmente alta en su carne fresca y congelada. Falta información sobre la presencia de Salmonella spp. en la carne de otros reptiles comestibles, aunque los reptiles cautivos utilizados como mascotas (lagartos o tortugas) son frecuentemente portadores de estas bacterias en Europa. Los protozoos parásitos en reptiles representan un riesgo insignificante para la salud pública en comparación con los metazoos parásitos, de los cuales la triquinosis, la pentastomiasis, la gnatostomiasis y la sparganosis se pueden adquirir mediante el consumo de carne contaminada de cocodrilo, lagarto monitor, tortuga y serpiente, respectivamente. Otros reptiles, aunque se ha encontrado que albergan los parásitos anteriores, no han sido implicados en su transmisión a los seres humanos. El tratamiento de congelación inactiva la Espirometra y la Triquinela en la carne de cocodrilo, mientras que se desconoce la eficacia de la congelación de otra carne de reptil. Las biotoxinas que se acumulan en la carne de las tortugas marinas pueden causar quelonitoxismo, un tipo de intoxicación alimentaria con una alta tasa de mortalidad en los seres humanos. Las infecciones por hongos, incluidas levaduras, y virus se producen ampliamente en reptiles, pero no se han relacionado con un riesgo para la salud humana a través de la contaminación de su carne. Actualmente no hay indicios de que se produzcan encefalopatías espongiformes transmisibles naturales (EET) en reptilianos. Es probable que la alimentación de reptiles de cría con productos animales no procesados y reciclados aumente la aparición de peligros biológicos en la carne de reptiles. La aplicación de los procedimientos GHP, GMP y HACCP, respectivamente, a nivel de granja y matadero, es crucial para controlar los peligros.