Conceptos Básicos de Heridas Cerradas

En general, las heridas pueden estar abiertas o cerradas. En las heridas abiertas, la piel se rompe y el tejido subyacente se expone al entorno exterior. En las heridas cerradas, la piel está intacta y el tejido subyacente no está expuesto directamente al mundo exterior.

Causas y síntomas de Heridas Cerradas

Las heridas cerradas suelen ser causadas por un traumatismo directo contundente sufrido al caerse o en accidentes automovilísticos. Incluso con la piel intacta, el daño puede llegar hasta el músculo subyacente, los órganos internos y los huesos. Las heridas por aplastamiento a veces pueden ser causadas por la caída de objetos pesados, como puede ocurrir en un accidente automovilístico o en un edificio que se derrumba.

Tipos de Heridas cerradas

Los principales tipos de heridas cerradas son:

  • Contusiones: Son un tipo común de lesión deportiva, en la que un traumatismo directo puede dañar los vasos sanguíneos pequeños y los capilares, los músculos y el tejido subyacente, así como los órganos internos y, en algunos casos, los huesos. Las contusiones se presentan como un moretón doloroso con decoloración rojiza a azulada que se extiende sobre el área lesionada de la piel.
  • Hematomas: Incluyen cualquier lesión que daña los vasos sanguíneos pequeños y los capilares, lo que hace que la sangre se acumule y se acumule en un espacio limitado. Los hematomas se presentan típicamente como una lesión dolorosa, esponjosa y gomosa en forma de bulto. Los hematomas pueden ser pequeños o grandes, profundos en el interior del cuerpo o justo debajo de la piel; dependiendo de la gravedad y el sitio del trauma.
  • lesiones por Aplastamiento: Estos generalmente son causados por una fuerza de alta presión externa que aprieta parte del cuerpo entre dos superficies. El grado de lesión y dolor puede variar desde un moretón menor hasta una destrucción completa del área aplastada del cuerpo, dependiendo del sitio, el tamaño, la duración y la potencia del trauma.

Complicaciones de Heridas cerradas

Las heridas cerradas pueden complicarse por sangrado severo, moretones grandes, daño a nervios, fracturas óseas y daño a órganos internos. Sin embargo, la complicación más grave de las heridas cerradas se conoce como síndrome compartimental. Este síndrome afecta a las extremidades inferiores y/o superiores (especialmente las piernas y los antebrazos), donde el daño causa hinchazón y aumento de la presión en la fascia que rodea los músculos, los nervios y los vasos sanguíneos de esa zona. El aumento de la presión puede bloquear el suministro de sangre a las extremidades afectadas, causando daños graves a los músculos y los nervios. El daño puede ser permanente, llevando a la pérdida de la función, y puede requerir la amputación.

Tratamientos para heridas cerradas

En heridas cerradas, el objetivo principal del tratamiento es controlar el dolor y mantener el sangrado y la inflamación al mínimo. Esto se hace mediante el uso de bolsas de hielo, compresión, elevación e inmovilización de la extremidad o área afectada. Sin embargo, en casos de síndrome compartimental, un médico puede hacer cortes quirúrgicos lineales a través de la fascia para aliviar la presión. La herida generalmente se deja abierta durante dos o tres días mientras se cubre con un vendaje estéril para permitir que la hinchazón disminuya y evitar que se acumule más presión.

Se pueden utilizar radiografías si se sospecha fractura ósea. Las fracturas generalmente requieren fundición. En casos de trauma severo, se pueden usar otras formas de imágenes. Estos incluyen ultrasonido, tomografía computarizada y resonancia magnética, que pueden detectar daño en los órganos y sangrado interno. Ungüento antibiótico tópico se puede aplicar localmente a las heridas en casos de laceraciones y abrasiones cutáneas asociadas.

Se puede prescribir el uso de muletas y otras ayudas para caminar para inmovilizar la extremidad o el área lesionada. Estos pueden ser especialmente útiles para lesiones en los sitios de soporte de peso, para evitar daños adicionales, reducir el dolor y acelerar la curación. Una vacuna antitetánica, analgésicos y medicamentos antiinflamatorios también pueden ser útiles.

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