Procedimiento de Sonda Torácica

¿Qué es una Sonda Torácica?

Un tubo torácico es un tubo de plástico que se utiliza para drenar líquido o aire del tórax. El aire o el líquido (por ejemplo, sangre o pus) que se acumulan en el espacio entre los pulmones y la pared torácica (el espacio pleural) pueden provocar un colapso pulmonar. Los tubos torácicos se pueden insertar al final de un procedimiento quirúrgico mientras el paciente sigue dormido después de la anestesia o junto a la cama con un analgésico local y un poco de sedación. Los tubos torácicos vienen en una variedad de formas y tamaños. Dependiendo de para qué se necesitan, pueden variar en diámetro desde tan pequeños como un cordón de zapatos hasta tan grandes como un resaltador.

Por lo general, los tubos torácicos se conectan a sistemas de drenaje que recogen el líquido y permiten que el aire salga del tórax. Se puede permitir que estos sistemas drenen pasivamente o se les puede aplicar succión.

Qué esperar

Cuando se colocan tubos torácicos en un paciente despierto, los pacientes pueden esperar recibir algún tipo de analgésico local donde se insertará el tubo torácico. A menudo, los pacientes también reciben medicamentos para ayudar a aliviar la ansiedad. Aunque se hacen esfuerzos para que el procedimiento sea más tolerable, los pacientes suelen experimentar algunas molestias. Se insertan algunos tubos torácicos después de cortar y separar suavemente la piel y los músculos de la pared torácica. Algunos tubos torácicos se insertan después de colocar un alambre en el tórax a través de una aguja y el alambre actúa como una pista para que el tubo siga. En ambos casos, los pacientes a menudo informan alguna molestia después del procedimiento, ya que el tubo se apoya en las costillas y se mueve ligeramente con cada respiración. Afortunadamente, esta incomodidad suele ser temporal.

El objetivo principal de este procedimiento es el drenaje del espacio pleural. Los pacientes pueden esperar ver o sentir el líquido o el aire que sale del pecho. A menudo, los pacientes pueden sentir que el pulmón colapsado se vuelve a expandir. Se realizará una radiografía de tórax después del procedimiento para ver cuánto aire o líquido se ha drenado, cuánto se ha vuelto a expandir el pulmón y para determinar la posición final de la sonda torácica. Los tubos torácicos permanecen en su lugar durante un número variable de días. Por lo general, cuando la cantidad de líquido que drena del tubo es baja, o no hay más aire que escape a través del tubo, se puede extraer.

Al igual que cualquier procedimiento quirúrgico, los principales riesgos con la colocación de la sonda torácica son sangrado e infección. Los médicos tienen cuidado de evitar los vasos sanguíneos que corren en la parte inferior de las costillas durante la colocación. Para evitar la introducción de una infección, todo el procedimiento se realiza de manera estéril. Los otros riesgos importantes incluyen daños en otras estructuras del pecho, como los pulmones y el corazón. Aunque las lesiones en estas estructuras son muy poco frecuentes, pueden ser graves.

Las sondas torácicas se mantienen en su lugar con puntos de sutura y se cubren con un apósito estéril. Es común que se presente una leve molestia en el lugar de inserción. Si tiene dolor intenso o dificultad para respirar, pida ayuda de inmediato. La duración para la que se necesita una sonda torácica varía, pero por lo general es de unos pocos días. En ciertas situaciones, los pacientes pueden ser enviados a casa con una sonda torácica; sin embargo, en la mayoría de los casos se retiran antes del alta hospitalaria. Su proveedor de atención médica retirará la sonda torácica cortando los puntos de sutura que la mantienen en su lugar. Se pueden presentar molestias leves durante la extracción.

¿Cuáles son los riesgos?

  • Dolor durante la inserción y después de la colocación de la sonda torácica: Aunque el dolor durante la inserción y las molestias leves después de la colocación son comunes, su proveedor de atención médica puede ayudar a minimizar estos efectos con analgésicos.
  • Infección
  • Colocación incorrecta
  • Tubo torácico desalojado
  • Pulmón colapsado después de la extracción del tubo torácico
  • Sangrado en el lugar de inserción
  • Sangrado en el espacio pleural (espacio alrededor de los pulmones) o dentro del abdomen
  • Lesión pulmonar
  • Lesión en otros órganos, como corazón, bazo, hígado, diafragma

Su proveedor de atención médica tomará medidas para minimizar el riesgo de estas complicaciones. Las complicaciones graves son poco frecuentes.

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