¿Qué Significa Ser un Ciudadano del Cielo?

Por Fin Sheridan

11 de junio de 2020

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En el momento de escribir esto, he estado viviendo en los Estados Unidos por un total de 241 días. Ha sido toda una experiencia de torbellino: aprender a conducir en un lado diferente de la carretera Y en un lado diferente del automóvil, adoptar un poco de acento sureño a mi acento británico, para que los baristas puedan entenderme, volver a aprender a pronunciar palabras y otros mil ajustes, tanto grandes como pequeños.

Como ciudadano del Reino Unido que vive en el extranjero, hay mucho a lo que acostumbrarse. Algunos días, siento que pertenezco completamente a este lugar. No uso mi GPS, me las arreglo para usar las monedas correctas para pagar cosas, y hago una broma sobre algo local que la gente entiende. Otros días, se siente como si estuviera a 3.989 millas de casa. Lo cual soy.

De dónde vienes es una de las cosas más importantes de ti. Forma su visión del mundo, dicta sus oportunidades y desempeña una parte importante de su identidad. Es una de las primeras cosas que los extraños se preguntan.

En unos años, seré elegible para la ciudadanía y quién sabe, tal vez los Estados Unidos se sientan como en casa. Pero incluso si no lo hace, en realidad no importa. Porque hay una identidad más concreta que va mucho más allá de la simple personalidad que tenemos o el lugar de donde venimos. Cualquiera que sea la imagen o el color de nuestros pasaportes, si somos cristianos, entonces nuestra nacionalidad no nos define. Jesús sí.

Filipenses 3: 20 lo pone así: «Pero, nuestra ciudadanía está en el Cielo.»

No malinterpretes. La nacionalidad es importante y debemos dar gracias a Dios por el lugar donde nos permite vivir. Sin embargo, a través de la adopción en la familia de Dios, nuestra lealtad primaria no es a una bandera, un estado o un país. Es por Jesucristo.

¿Qué significa ser un ciudadano del Cielo?

Bueno, como un ciudadano de cualquier país, hay beneficios que vienen con nuestra ciudadanía divina. Estamos bajo la protección del Rey de Reyes, que es más poderoso que cualquier ejército terrenal. Tenemos permiso para entrar en Su presencia en cualquier momento, así como tenemos el derecho de estar en nuestra nación natal.

Estos beneficios también conllevan responsabilidades. Los ciudadanos adoptan la cultura y el comportamiento de su nación. Como ciudadanos del Cielo, tenemos la responsabilidad de demostrar el reino de Dios aquí en la Tierra. Es por eso que Jesús nos enseña a orar, Venga tu reino, hágase tu voluntad, en la Tierra como en el Cielo.»(Mateo 6:10)

Dondequiera que estés leyendo esto y de donde sea que vengas, puedes elegir hoy vivir como un ciudadano del Cielo. ¡Esta mentalidad transformará la forma en que amas y sirves al mundo que te rodea!

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