A finales del siglo XIX, el amoníaco había sido identificado como el principal factor responsable del síndrome de encefalopatía hepática. El amoníaco es uno de los principales productos del metabolismo hepático y las altas concentraciones son tóxicas para el cuerpo. En condiciones fisiológicas, la forma principal por la cual el cuerpo restringe la concentración de amoníaco en sangre a un nivel no tóxico es convirtiéndolo en urea en el hígado a través del ciclo de Krebs. La síntesis de glutamina representa una vía alternativa para la desintoxicación de amoníaco en pacientes cirróticos. Aunque las altas concentraciones de amoníaco se han asociado fuertemente con el edema cerebral, las estimaciones de la fuerza de la correlación entre los niveles de amoníaco sérico y la gravedad de la encefalopatía hepática varían. La precisión de los ensayos de amoníaco depende del lugar de recogida de la muestra, del tratamiento de la muestra y del método analítico utilizado. Se han descrito nuevos métodos de medición de la presión parcial del amoníaco y nuevas técnicas no invasivas de cuantificación del amonio en el aliento. El propósito de esta revisión es identificar los factores que afectan los niveles séricos de amoníaco, desde su origen y metabolismo hasta su análisis e interpretación de los resultados en el laboratorio. En conclusión, las variaciones en las estimaciones de los niveles séricos de amoníaco y la gravedad de la encefalopatía hepática se deben a diferencias individuales en el metabolismo del amoníaco y a diferencias en la precisión de los métodos analíticos.