El chocolate no solo hace cosquillas en la lengua; es una sopa de muchos compuestos que afectan el cerebro, incluida la cafeína y las teobrominas. Y es cierto: el chocolate afecta a las mujeres de manera diferente que a los hombres, dice Anthony Auger, profesor asistente de psicología en UW–Madison.
Auger, que estudia las diferencias de sexo en el cerebro, está de acuerdo en que las mujeres tienen un deseo más fuerte por el chocolate. Esta distinción se puede encontrar tan abajo en la escalera evolutiva como las ratas, donde las hembras también tienen un deseo más fuerte por el frijol bendito. La diferencia probablemente esté enraizada en el aumento y la caída cíclicos de estrógeno y progesterona de la mujer, dice Auger.
En junio, un nuevo estudio mostró que el chocolate también afecta de manera diferente al cerebro después de comerlo. Las imágenes de resonancia magnética (RM) de los cerebros mostraron que el hipotálamo era menos activo en las mujeres después de consumir grandes cantidades de chocolate. Dado que el hipotálamo ayuda a regular la ingesta de alimentos, esto podría explicar por qué es más probable que el chocolate reduzca el hambre de una mujer, o al menos su motivación para comer más chocolate.
El estudio también encontró una disminución de la actividad en la amígdala, un centro emocional clave en el cerebro. «Estoy intrigado», dice Auger, » porque la amígdala no solo regula las emociones positivas y negativas, sino también el comportamiento sexual y el deseo. Por lo tanto, el chocolate tiene un impacto potencial en esos comportamientos, aunque no hay datos directos que lo prueben. Pero biológicamente, estas diferencias podrían ser mecanismos subyacentes para explicar por qué los hombres y las mujeres tienen preferencias diferentes, así como respuestas fisiológicas y de comportamiento al chocolate.»