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la cirrosis es el resultado de lesiones en el hígado que se cicatrizan, haciendo que el órgano vaya perdiendo su función y camine para la quiebra completa. Es el resultado de inflamaciones y agresiones crónicas como el ataque de virus (hepatitis A,B,C)) o abuso de bebidas alcohólicas. El tejido del hígado queda, con el tiempo, todo fibroso y deja de realizar tareas primordiales para el organismo, como el procesamiento de nutrientes y medicamentos, la fabricación de proteínas y la producción de la bilis, que actúa en la digestión.

el gran peligro de la cirrosis hepática es que es silenciosa durante años. Es decir, el hígado, incluso sufriendo agresiones, parece no quejarse. Esto retrasa el diagnóstico, que, en Brasil, todavía se da la mayoría de las veces en estadio avanzado — fase en que suelen aparecer los síntomas.

Como el problema no tiene cura (ni se puede revertir), la solución puede ser el trasplante de hígado. La recomendación, por lo tanto, es estar atento si hay factores de riesgo para la enfermedad (hepatitis crónica, etilismo, presencia de grasa en el hígado)) para flagrarla cuanto antes y poder aparcar su avance.

signos y síntomas

– piel amarillenta (ictericia)
– hinchazón en el abdomen
– adelgazamiento
– debilidad
– pérdida de apetito
– mal aliento intenso
– Nódulos amarillentos en el cuerpo (sobre todo cerca del párpado)
– tos y vómitos con presencia de sangre
– pérdida de cabello

factores de riesgo

– consumo excesivo de bebidas alcohólicas
– sobrepeso y obesidad
– hepatitis (sobre todo las del tipo B y C)
– predisposición genética
– edad mayor de 40 años
– uso (o abuso) de medicamentos
– Diabetes

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la prevención

la mejor manera de prevenir la cirrosis hepática es adoptar un estilo de vida más saludable, evitando exageraciones de bebidas alcohólicas, dieta muy calórica y la automedicación. Otro factor de protección es protegerse de los virus de la hepatitis, sobre todo el tipo B — para el cual existe vacuna.

el uso de preservativo en las relaciones sexuales también protege el organismo contra el agente viral. O tratamento de hepatites crônicas, como a do tipo C, é crucial para impedir que o fígado entre em cirrose e, com isso, perca suas funções.

O diagnóstico

O gastro ou hepatologista apura o histórico do paciente e analisa o estado do fígado com exames de imagem como o ultrassom. Frequentemente é necessário realizar uma biópsia para avaliar o tecido com um microscópio.

O tratamento

O objetivo é impedir que a cirrose se alastre e se agrave. Lo fundamental en el plan terapéutico es identificar la causa del problema y cortar la agresión — sea el virus de la hepatitis, sea la ingestión de alcohol, sea la presencia de grasa, la esteatosis hepática.

algunos medicamentos pueden ser prescritos en ese trayecto para ahorrar el hígado y el acompañamiento con exámenes se torna importante para evaluar la evolución del cuadro y detectar eventuales nódulos malignos en el hígado, mal que puede aparecer en paralelo a la cirrosis. Los Casos más graves de cirrosis terminan siendo referidos para un trasplante de hígado: el órgano perdido es reemplazado por otro, de un donante.

los médicos, sin embargo, hacen todo lo posible para no llegar a esta solución. De ahí la importancia de la detección temprana.

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