Introducción: Los buceadores de cuevas entran en un entorno inherentemente peligroso que a menudo incluye poca visibilidad, pasillos laberínticos y un techo de roca que impide un ascenso directo a la superficie en caso de un problema.
Métodos: Se revisaron los informes de casos de muertes por buceo en cuevas ocurridos entre el 01 de julio de 1985 y el 30 de junio de 2015 recopilados por la Red de Alerta de Buceadores. Se determinó el estado del entrenamiento, las reglas de seguridad violadas, la relevancia de las violaciones y las causas fundamentales que llevaron a la muerte.
Resultados: Se identificaron un total de 161 buceadores fallecidos, 67 buceadores entrenados y 87 no entrenados. Si bien el número anual de víctimas mortales de buceo en cuevas ha disminuido constantemente en las últimas tres décadas, de ocho a menos de tres, la proporción de buzos entrenados entre esas víctimas mortales se ha duplicado. Los datos relativos a los buceadores de cuevas entrenados se dividieron en dos períodos de tiempo iguales de 15 años. Los buceadores de cuevas entrenados que murieron en el período de tiempo más reciente eran mayores, pero poco más diferían. La causa más común de muerte fue la asfixia por ahogamiento, precedida por la falta de gas para respirar, generalmente después de perderse debido a una pérdida de visibilidad causada por el limo suspendido. Una abrumadora mayoría de las muertes ocurrieron en el estado de Florida, donde se encuentran muchas cuevas inundadas.
Conclusión: Incluso con mejoras en la tecnología, los mayores peligros a los que se enfrentan los buceadores de cuevas permanecen sin cambios. Los esfuerzos por desarrollar intervenciones preventivas para hacer frente a estos peligros deben continuar.