RESUMEN
En las últimas décadas, gracias en gran parte al trabajo de varios historiadores que aparece en mi colección editada, Revolutions Across Borders: Jacksonian America and the Canadian Rebellion (2019), hay una tendencia creciente a considerar la Rebelión canadiense dentro de un contexto histórico e historiográfico estadounidense. A pesar de esta nueva y emocionante investigación, la mayoría de los estudios sobre la Rebelión y los Estados Unidos continúan centrándose en la frontera norte. Sin embargo, la Rebelión canadiense fue un evento significativo que llamó la atención en todo Estados Unidos, incluido el Sur de Estados Unidos. Al igual que el Norte, el Sur de América también se invirtió en el resultado de la Rebelión. Esto se debió a una razón: la esclavitud. Al centrarme específicamente en el Sur de Estados Unidos y, lo que es más importante, en su influencia en la política exterior estadounidense durante el período, quiero alentar a los historiadores a adoptar una postura más definitiva; esa esclavitud, al igual que el Pánico de 1837, el acercamiento angloamericano de la posguerra de 1812 o el miedo a las represalias británicas, desempeñó un papel importante en la oposición oficial del Gobierno de los Estados Unidos a la Rebelión.