Se revisan las historias y observaciones patológicas en siete casos de ruptura de cuerdas mitrales tendinosas. Los pacientes con endocarditis bacteriana fueron excluidos de la serie. Todos mostraron fibrosis y lesión crónica de la válvula mitral. En dos, las lesiones eran de cardiopatía reumática; en el resto, los cambios sugerían enfermedad reumática en reposo, pero no eran patognomónicos.
Las cuerdas de las dos cúspides de las válvulas se rompieron con la misma frecuencia en esta serie, y por lo general más de una se rompió. El punto de ruptura estaba cerca del músculo papilar. Los muñones consistían en tejido conectivo hialinizado y parcialmente degenerado, con una cubierta de endotelio. Cicatrices extendidas en el miocardio subyacente. Los músculos papilares correspondientes se atrofiaron si se rompían todas sus cuerdas, pero mostraron hipertrofia si se dejaba un número unido. De la inspección se desprendió claramente que la ruptura de las cuerdas debió permitir un alto grado de regurgitación mitral. Todos los corazones estaban dilatados e hipertrofiados, con un peso promedio de 580 gramos. Las historias de los pacientes no indicaron que la violencia externa o el esfuerzo vigoroso fueran factores etiológicos de importancia primaria en la ruptura de las cuerdas mitrales tendinosas.
Los síntomas después de la ruptura de las cuerdas mitrales tendinosas son los de insuficiencia cardíaca congestiva, que puede ser insidiosa o abrupta en su inicio y progresiva o remitente en su curso. Pueden transcurrir meses o incluso años entre la ruptura y el inicio de una falla congestiva franca.
La ruptura de las cuerdas se sugiere por la aparición repentina de un soplo sistólico precordial fuerte, máximo en el ápice y el borde esternal izquierdo, donde generalmente se acompaña de una emoción. También puede estar presente un soplo diastólico apical. A veces se produce fibrilación auricular. Los roentgenogramas muestran agrandamiento cardíaco, y el examen fluoroscópico puede demostrar pulsación sistólica de la aurícula izquierda.
El diagnóstico diferencial incluye endocarditis bacteriana, ruptura de la cúspide de una válvula, ruptura de un músculo papilar y perforación de un tabique interventricular infartado.