¿Cuáles son las amenazas para la rana leopardo Chiricahua?
La mayoría de los arroyos del suroeste que la rana leopardo Chiricahua llama hogar se han reducido o han desaparecido. El bombeo de aguas subterráneas, la construcción de presas y el desvío de agua han secado los arroyos y han interrumpido la creación de piscinas. El ganado destruye la vegetación, pisotea bancos y contamina el agua con limo y excrementos. Algunas ranas leopardo, en particular los machos, viajan largas distancias (más de dos millas) a lo largo de hábitats ribereños conectados en busca de alimento o pareja, lo que resalta la importancia de los corredores de hábitat para esta especie. Ahora, sin embargo, sus rutas son secas o son el hogar de depredadores y competidores introducidos peligrosos, como ranas toro, peces de caza y cangrejos de río, dejando a las ranas varadas en bolsas aisladas. Debilitada por tensiones como la contaminación, los pesticidas y el aumento de la radiación UV, la especie también está siendo devastada por el hongo quítrido, que está matando a las ranas en todo el mundo y está vinculada al calentamiento global.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos incluyó a la rana leopardo Chiricahua como una especie «amenazada» en 2002. La inclusión en la lista provocó numerosos esfuerzos para proteger y restaurar el hábitat de la rana y controlar las especies exóticas en tierras públicas y privadas. Aunque la especie ha seguido disminuyendo en Nuevo México, las poblaciones y los sitios ocupados han aumentado en Arizona desde 2002. La designación de hábitat crítico, como se requiere en la Ley de Especies en Peligro de Extinción, ayudará a asegurar la recuperación a largo plazo de la rana leopardo Chiricahua.