La ventaja de la quimiorradioterapia simultánea sobre la radioterapia sola en pacientes con cáncer de cuello uterino ha sido bien documentada en una serie de ensayos aleatorizados prospectivos. En seis de estos ensayos se comparó un régimen basado en cisplatino (ya sea cisplatino solo administrado semanalmente o una combinación de cisplatino y 5-fluorouracilo) con radioterapia sola o radioterapia más otra quimioterapia menos eficaz; 5 de estos 6 ensayos mostraron un beneficio con la quimioterapia simultánea. Ensayos individuales también han sugerido que la epirrubicina y la combinación de mitomicina más 5-fluorouracilo son eficaces cuando se administran simultáneamente con radioterapia. Otros medicamentos, en particular los modificadores de la respuesta biológica, están actualmente en estudio para su posible beneficio en combinación con radiación y cisplatino. Aunque los efectos secundarios de la quimiorradioterapia con cisplatino semanal o cisplatino más 5-fluorouracilo son tolerables para la mayoría de los pacientes, la adición de quimioterapia simultánea a la radioterapia aumenta notablemente los efectos secundarios hematológicos y gastrointestinales y aumenta la complejidad general del tratamiento. El manejo exitoso requiere un monitoreo particularmente estrecho de los parámetros hematológicos, el equilibrio de líquidos, los niveles de electrolitos, la condición dietética y el apoyo social. La coordinación cuidadosa entre los cuidadores es crucial. Aunque la publicación temprana de algunos ensayos excluyó el análisis maduro de los efectos tardíos de la radiación, los datos disponibles indican que la adición de quimioterapia simultánea no aumenta de manera marcada el riesgo de complicaciones tardías importantes. La mayoría de las mujeres con cánceres de cuello uterino locorregionalmente avanzados (estadio IB2 o superior o ganglios linfáticos pélvicos positivos) que están confinados a la pelvis son candidatas para la quimiorradioterapia. Sin embargo, el beneficio de añadir quimioterapia simultánea a la radioterapia siempre se debe sopesar frente al riesgo de efectos adversos agudos graves, en particular en pacientes con afecciones médicas coexistentes graves que hubieran impedido o desaconsejado la inclusión en los ensayos prospectivos.