Mientras continuamos estudiando Job de la Biblia durante nuestro tiempo de adoración este domingo, nuestra congregación será conducida a un tiempo de confesión mientras adoramos juntos.
En el capítulo 42 del libro de Job, los amigos de Job están llamados a arrepentirse y pedir perdón a Dios. Pero para tener perdón de Dios, deben tener un sacrificio de sangre y alguien que se interponga entre ellos y ore por su perdón.
Cuando los cristianos confiesan que necesitamos lo mismo, necesitamos un sacrificio de sangre para pagar por nuestros pecados y alguien lo suficientemente justo para interponerse entre nosotros y Dios. Encontramos ambos requisitos en Jesucristo. Cuando Jesús murió, Él era el justo «intermediario» y el sacrificio por los pecados.
Este doble papel de Cristo es la razón por la que la confesión de pecados puede ser tan gratificante. Ya que Dios nos ordena confesar nuestros pecados y Dios promete perdonar nuestros pecados (1 Juan 1:9), debemos esforzarnos por tener un entendimiento Bíblico de lo que significa la confesión de pecados.
Primero, la confesión puede ser una lista de pecados que traemos ante Dios y le decimos verbalmente que hemos pecado. Pero no podemos detenernos aquí con una lista verbal de nuestros pecados. El solo decirlas en voz alta o en silencio en oración a Dios no hace nada con ellas, excepto traerlas a la mente.
Si no tratamos con nuestros pecados, acabamos sintiéndonos culpables. De la misma manera, cuando confesamos a otros creyentes cristianos, no podemos simplemente confesar y dejar los pecados como una lista.
La confesión no es solo un reconocimiento del pecado, es también un acuerdo con lo que Dios ha hecho con esos pecados. En la confesión, podemos ser recordados tanto por Dios como por nuestros amigos cristianos que la muerte de Jesucristo en la cruz y su intervención en nuestro nombre quita nuestros pecados y no los hace más.
Declaramos audazmente con nuestra confesión de pecados que 1) Dios nos ha perdonado, 2) no tenemos que permanecer atados por ese pecado, 3) Cristo nos ha liberado del pecado, y 4) somos declarados justos ante Él.
Los tiempos de confesión, entonces, se convierten en algo que debemos buscar y agradecer tener.
Así es como la Escritura define la confesión. El Apóstol Juan escribe que debemos reconocer que pecamos, debemos confesar nuestros pecados, y saber que Dios nos ha perdonado en Cristo (1 Juan 1:8-9).
Esto a su vez nos ayuda a romper el poder del pecado sobre nosotros y nos recuerda que Jesucristo está constantemente entre nosotros y Dios perdonándonos de todos nuestros pecados. «Mis queridos hijos, os escribo esto para que no pequéis.
Pero si alguien peca, tenemos un abogado ante el Padre — Jesucristo, el Justo. Él es el sacrificio expiatorio por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los pecados de todo el mundo.»1 Juan 2: 1-2.
Si tiene preguntas sobre su perdón con Dios o lo que significa confesar, encuentre un amigo cristiano confiable y pídale que lo ayude a descubrir lo que la Biblia dice sobre el perdón, o comuníquese con cualquiera de nuestras iglesias locales y pregunte por el pastor.
Pueden ayudarte a enseñarte lo que Dios dice sobre las recompensas y la libertad del pecado que Jesús nos da a través de su muerte y resurrección, y cómo la confesión también puede ayudarte a ser libre.
Como siempre, si desea más ayuda para el estudio o tiene alguna pregunta, póngase en contacto conmigo en [email protected].
Dale McCamish es Pastor de la Iglesia de Cristo de Wilmington.
Dale McCamish
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