Un coágulo de sangre es una afección grave que requiere de tratamiento inmediato. Las personas con cáncer y las que reciben tratamiento para el cáncer tienen un mayor riesgo de formación de coágulos sanguíneos.
El proceso normal, llamado coagulación, es un proceso complejo. En él participan células sanguíneas especializadas, denominadas plaquetas, y distintas proteínas de la sangre, denominadas factores de coagulación. Estas plaquetas y estos factores de coagulación se aglutinan para cicatrizar los vasos sanguíneos rotos y controlar el sangrado. Los factores de coagulación que promueven el sangrado y aquellos que promueven la coagulación deben estar equilibrados.
Los trastornos de coagulación de la sangre se presentan cuando faltan o se dañan algunos factores de coagulación. Esto produce la formación de coágulos dentro del cuerpo que bloquean el flujo normal de la sangre y causan problemas graves.
Los coágulos de sangre pueden producirse en diferentes partes del cuerpo y desplazarse a estas, por ejemplo:
-
Las venas, lo cual se denomina trombosis venosa profunda
-
Los pulmones, lo cual se denomina embolia pulmonar
-
Una arteria (menos frecuente, pero también muy grave)
Signos y síntomas de problemas de coagulación
Las personas con problemas de coagulación pueden experimentar:
-
Hinchazón del brazo o la pierna de 1 lado del cuerpo
-
Dolor en el brazo o la pierna donde se encuentra un coágulo sanguíneo
-
Problemas para respirar o dolor torácico al respirar
-
Latidos cardíacos acelerados
-
Bajos niveles de oxígeno
El alivio de los efectos secundarios es un aspecto importante de la atención y el tratamiento para el cáncer. Esto se denomina cuidados paliativos o atención de apoyo. Hable con su equipo de atención médica acerca de cualquiera de estos síntomas de inmediato. Incluso las personas con niveles bajos de plaquetas pueden desarrollar un coágulo sanguíneo. A veces, las personas no saben que tienen un coágulo sanguíneo hasta que se lo diagnostican en un análisis.
Causas de los problemas de coagulación
Las personas con cáncer tienen un riesgo más alto de presentar coágulos sanguíneos y trastornos de coagulación. Esto puede ser consecuencia del cáncer o del tratamiento, por ejemplo:
-
Quimioterapia
-
Cirugía
-
Medicamentos denominados esteroides
-
Uso a largo plazo de un catéter (en inglés)
Los períodos largos de inactividad, como un viaje largo en avión o automóvil, también pueden aumentar el riesgo de presentar coágulos sanguíneos.
Diagnóstico de problemas de coagulación
Es posible que el médico use una o más técnicas para diagnosticar un coágulo sanguíneo:
-
Una ecografía Doppler. En una ecografía, se usan ondas de sonido para examinar el flujo de sangre en las venas de los brazos o las piernas. Puede detectar una disminución del flujo de sangre por un coágulo sanguíneo.
-
Una exploración por tomografía computarizada (computed tomography, CT). Una exploración por CT (en inglés) crea imágenes del interior del cuerpo utilizando rayos X que se toman desde diferentes ángulos. Antes de la exploración, se inyecta un tinte especial denominado medio de contraste en una vena del paciente, o bien se lo administra mediante comprimido o líquido para tragar para obtener una imagen más detallada. Los médicos normalmente usan exploraciones por CT para diagnosticar un coágulo sanguíneo en los pulmones, o una embolia pulmonar (pulmonary embolism, PE).
-
Relación ventilación/perfusión pulmonar (ventilation/perfusion quotient, VQ). Esta prueba que puede diagnosticar una embolia pulmonar está conformada por 2 partes diferentes:
-
Una exploración por ventilación para examinar el flujo de aire en los pulmones.
-
Una exploración por perfusión para observar el flujo de sangre en los pulmones.
-
Un angiograma. Esta prueba puede detectar un coágulo de sangre en una arteria. Durante un angiograma, se inyecta un tinte en la arteria. Y luego, la arteria se examina con un dispositivo especial de radiografía denominado fluoroscopio.
Manejo de los problemas de coagulación
Una persona que tiene un coágulo sanguíneo requiere de tratamiento inmediato. El tratamiento más frecuente consiste en administrar diluyentes de la sangre mediante inyección, ya sea debajo de la piel o en la vena. Cuando se considera que la sangre está lo suficientemente diluida, ya no hay riesgo de coagulación. En este momento, algunas personas pueden comenzar a tomar un anticoagulante en forma de comprimido que se traga.
A las personas que reciben anticoagulantes se las debe controlar regularmente para detectar cualquier aumento en el sangrado. Algunas personas no pueden recibir anticoagulantes porque tienen bajos niveles de plaquetas o un riesgo alto de sangrado. Para estas personas, se puede colocar un tipo especial de filtro en el cuerpo para evitar que un coágulo sanguíneo se desplace a los pulmones, lo que constituye una afección que puede ser muy peligrosa.
Recursos relacionados
Cuándo llamar al médico durante el tratamiento del cáncer (en inglés)
Viajar con cáncer (en inglés)