Oraciones por las Vocaciones

Oración para Conocer Mi Vocación

Mi Señor y mi Dios, tú eres el Amor mismo, la fuente de todo amor y bondad. Por amor me creaste para conocerte, para amarte y para servirte de una manera única, como nadie más puede. Creo que tienes un plan para mi vida, que tienes una misión en tu Reino reservada solo para mí. Tu plan y tu misión son mucho mejores que cualquier otro que pueda elegir: ellos te glorificarán, cumplirán los deseos de mi corazón, y traerán salvación a aquellas almas que dependen de mi respuesta generosa.

Señor, concédeme la luz de la gracia que necesito para ver el siguiente paso en Tu plan; concédeme la generosidad necesaria para seguir tu llamado; y concédeme el valor requerido para tomar mi cruz y seguirte.

muéstrame tu voluntad, Oh suave y eterno Dios, y me ayuda a decir con María, «yo soy la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra.»Déjame decir con Jesús,» Que no se haga mi voluntad, sino la tuya.»Amén.

Oración por las Vocaciones al Sacerdocio y a la Vida Consagrada

Padre Todopoderoso y misericordioso,
inspiras y cumples toda buena intención.
Guía a tu pueblo en el camino de la salvación
y vigila a los que apacentan tu rebaño
y a los que han dejado todas las cosas para seguirte.
Levantad ministros dignos para vuestros altares,
siervos ardientes pero amables del Evangelio,
y almas generosas que renuncien al poder y a los beneficios mundanos
para serviros a vosotros y a sus hermanos y hermanas fielmente
en el espíritu de pobreza y humildad.
Inspire a nuestros jóvenes a responder a su llamado
para que su Iglesia siempre se regocije
en siervos abundantes para su cosecha.
Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo,
un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

Oración por los Sacerdotes (de la Sociedad de Vocaciones de la Madre Teresa)

Señor Jesús, has elegido a tus sacerdotes de entre nosotros y los has enviado para proclamar tu palabra y actuar en tu nombre. Por un regalo tan grande para su Iglesia, le damos alabanza y acción de gracias. Te pedimos que los llenes con el fuego de tu amor, para que su ministerio revele tu presencia en la Iglesia. Ya que son vasijas de barro, oramos para que su poder brille a través de su debilidad. En sus aflicciones nunca sean aplastados, en sus dudas nunca desesperen, en la tentación nunca sean destruidos, y en la persecución nunca abandonados. Inspíralos a través de la oración a vivir cada día el misterio de tu muerte y resurrección. En tiempos de debilidad, envíales tu Espíritu y ayúdalos a alabar a tu Padre Celestial y a orar por los pobres pecadores. Por tu mismo Espíritu Santo pon tu palabra en sus labios y tu amor en sus corazones, para llevar buenas nuevas a los pobres y sanidad a los quebrantados de corazón. Y que el regalo de María, vuestra Madre, al discípulo que amasteis, sea vuestro regalo para cada sacerdote. Haz que ella, que te formó a su imagen humana, los forme a tu imagen divina, por el poder de tu Espíritu, para la gloria de Dios Padre, Amén.

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