Miositis Clostridial en Caballos

La miositis clostridial es una infección bacteriana rara pero grave, que causa inflamación y muerte de los músculos y liberación de toxinas bacterianas en el torrente sanguíneo. Esta afección también se conoce como mionecrosis, edema maligno y gangrena gaseosa. Ocurre con mayor frecuencia en caballos que han recibido recientemente una inyección intramuscular.

Signos clínicos

Los signos clínicos aparecen de 6 a 72 horas después de la inyección, y los caballos presentan inicialmente hinchazón aguda, calor y dolor en la zona afectada. La enfermedad progresa rápidamente y la condición del caballo puede disminuir en cuestión de horas. El animal afectado presenta signos de toxemia sistémica; la muerte puede sobrevenir rápidamente en casos graves. Las bacterias clostridiales producen gases que producen una sensación enfisematosa (burbujeante) característica o crepitación de la región. La miositis clostridial es una verdadera emergencia médica, con una supervivencia vinculada a una intervención rápida a través de un tratamiento antibiótico agresivo y desbridamiento de heridas.

Una mirada más cercana

El género Clostridium consta de más de 150 especies conocidas de bacterias grampositivas, anaerobias, formadoras de esporas. La capacidad de formación de esporas de estas bacterias permite la supervivencia durante largos períodos de tiempo en el medio ambiente. Cuando las esporas encuentran un lugar sin oxígeno, como el músculo dañado, se activan para proliferar y producir exotoxinas, que causan daños extensos en los tejidos y vasculares. Las especies clostridiales que comúnmente causan miositis incluyen C. perfringens, C. septicum y C. chauvoei.

Se ha notificado miositis clostridial tras inoculaciones intramusculares de vacunas ,vermectina, antihistamínicos, fenilbutazona, vitaminas, prostaglandinas y, con mayor frecuencia, flunixina meglumina. Con poca frecuencia, los casos ocurren después de una administración perivascular inadecuada de compuestos, traumatismos por parto o heridas punzantes. En un estudio realizado por Peek et al en 2003, los sementales y cuartos de caballo estaban sobrerrepresentados, y los autores plantearon la hipótesis de que esto podría deberse a la fuerte musculatura de estos grupos.

Se desconoce el mecanismo por el que las esporas bacterianas llegan al músculo del caballo. Es posible que se introduzcan esporas en el momento de la inyección. Otra teoría es que las bacterias se trasladan de su entorno normal en el intestino, en tiempos de inflamación o cólicos y llegan al músculo a través del torrente sanguíneo. No se ha establecido ninguna asociación entre la limpieza del lugar de inyección antes de la inyección y el desarrollo de miositis. Se reporta una mayor incidencia de miositis con sustancias irritantes, como medicamentos no esteroideos y vitaminas, potencialmente debido al aumento del daño tisular y la creación de un entorno libre de oxígeno.

Diagnóstico

El diagnóstico consiste en aspirar una pequeña cantidad de líquido para cultivo anaeróbico y tinción de Gram para buscar la presencia de varillas gram positivas. Para tratar la infección, se hacen incisiones grandes en el músculo y la fascia para exponer las bacterias al oxígeno y desbridar el tejido muerto. El cuidado general de apoyo es fundamental porque estas bacterias producen toxinas que tienen efectos secundarios en el caballo, incluido el potencial de reducir la contractilidad del corazón. Las toxinas clostridiales también pueden provocar anemia, trombocitopenia y leucopenia. Los caballos se tratan comúnmente con altas dosis de penicilina intravenosa, líquidos intravenosos, soporte cardiovascular y cuidado de heridas. La terapia hiperbárica, cuando esté disponible, se sugiere como complemento del tratamiento de rutina.

Los resultados y el pronóstico

Se ha notificado que la supervivencia oscila entre el 31% y el 73% y parece ser mejor para las infecciones por C. perfringens en comparación con C. septicum o C. chauvoei. Los caballos que sobreviven a las etapas toxémicas iniciales de la enfermedad tienen un mejor pronóstico. Las heridas creadas por una combinación de infección y tratamiento suelen ser grandes y pueden tardar semanas o meses en curarse por completo. Los caballos que no sobreviven muestran signos de coagulación intravascular y fallo multiorgánico.

No existe una prevención definitiva para la miositis clostridial. Al administrar inyecciones intramusculares, use grupos musculares grandes y bien vascularizados y, cuando sea posible, evite administrar sustancias irritantes en el músculo si existe una vía alternativa, como la administración oral o intravenosa.

CONTACTO: Rebecca Ruby, BVSc (dist), MSc, Dipl. [email protected]/257-8283-University del Laboratorio de Diagnóstico Veterinario de Kentucky, Lexington

Este es un extracto de Equine Disease Quarterly, financiado por aseguradores de Lloyd’s, Londres.

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