Los desastres provocados por el hombre y Tecnológicos
Los desastres provocados por el hombre o tecnológicos son impredecibles, pueden extenderse a través de fronteras geográficas, no ser prevenibles y pueden tener daños físicos limitados, pero efectos a largo plazo. Algunos desastres de esta clase son totalmente provocados por el hombre, como el terrorismo. Otros desastres tecnológicos ocurren porque los sitios industriales están ubicados en comunidades afectadas por desastres naturales, ocurren fallas en los equipos, o los trabajadores tienen una capacitación inadecuada o están cansados y cometen errores. La amenaza del terrorismo se clasifica como un desastre tecnológico potencial e incluye el bioterrorismo, los bombardeos, los desórdenes civiles y políticos, los disturbios y las emergencias económicas.
Los desastres tecnológicos incluyen una amplia gama de incidentes. Las vías de exposición son agua, alimentos y bebidas, emisiones en el aire, incendios y explosiones, y materiales o desechos peligrosos (por ejemplo, químicos, biológicos o radiactivos) liberados al medio ambiente desde una instalación fija o durante el transporte. Incendios, explosiones, derrumbes de edificios o puentes, accidentes de transporte, fallas en presas o diques, accidentes de reactores nucleares y roturas en líneas de agua, gas o alcantarillado son otros ejemplos de desastres tecnológicos.
Las comunidades en las que se encuentran sitios industriales o a través de los cuales pasan materiales peligrosos por carretera, ferrocarril o tubería están en riesgo de desastres tecnológicos. Las lesiones pueden ocurrir a los trabajadores en el sitio, a los respondedores que controlan el incidente y brindan atención médica de emergencia, y a los residentes de la comunidad. Las personas con afecciones médicas preexistentes, como enfermedades pulmonares o cardíacas, podrían tener un mayor riesgo de resultados negativos para la salud si se exponen a liberaciones tóxicas. Las quemaduras, los trastornos de la piel y el daño pulmonar pueden resultar de la exposición a agentes específicos. En el cuadro 5 se enumeran las consecuencias para la salud de varias clases de toxinas.
Asegurar que la industria local implemente procedimientos básicos de seguridad puede reducir significativamente los resultados negativos para la salud de las liberaciones accidentales de toxinas. La preparación para emergencias, incluida la capacidad de los sistemas prehospitalarios y hospitalarios para atender a pacientes expuestos a agentes industriales, la capacitación del personal médico para trabajar en entornos contaminados y el almacenamiento de equipo de protección personal para los socorristas, es clave para proporcionar atención después de accidentes industriales o actos de bioterrorismo. Las agencias gubernamentales, en coordinación con los hospitales y la salud pública, deben realizar simulaciones por computadora o ejercicios de campo para probar la capacidad de la comunidad para evacuar a las personas en riesgo y la capacidad del sector de la salud para brindar atención a las personas expuestas a liberaciones accidentales. Los centros de control de intoxicaciones, CHEMTREC y las bases de datos de la industria pueden proporcionar información sobre el manejo clínico de la exposición a toxinas.
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Tome un papel visible en la planificación comunitaria.
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Realizar evaluaciones de peligros.
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Revise las Hojas de Datos de Seguridad de los materiales para los agentes producidos, almacenados o utilizados a nivel local y regional para evaluar la gama de posibles efectos adversos para la salud.
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Realizar análisis de vulnerabilidad para identificar poblaciones objetivo y posibles consecuencias adversas para la salud pública.
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Llevar a cabo una evaluación de riesgos para determinar si agentes específicos alcanzarán niveles tóxicos en las proximidades de poblaciones vulnerables.
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Determinar umbrales mínimos de exposición para agentes específicos que desencadenarían la evacuación.
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Reunir información sobre neutralización química, modelos de estimación de dispersión de penachos y antídotos apropiados.
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Trabaje con los hospitales locales para almacenar antídotos, medicamentos y suministros adecuados.
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Almacene dos pastillas de yoduro de potasio por persona en comunidades ubicadas a menos de diez millas de los sitios de reactores nucleares.
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Proporcionar servicios de emergencia y atención médica a las víctimas.
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Active la red de alerta de salud.