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Base perceptiva del déficit fonológico en la dislexia

1 Este artículo trata de la base perceptiva del déficit fonológico en la dislexia del desarrollo. Los argumentos en apoyo de la naturaleza fonológica de la dislexia se resumieron en Sprenger-Charolles & Serniclaes (este volumen). Más precisamente, se encontró que los disléxicos tenían graves dificultades para leer debido a las demandas fonológicas de tener que mapear grafemas con fonemas. El hecho de que los disléxicos sufran un deterioro en la conciencia del fonema está bien documentado (ver para una revisión: Snowling, 2001). Sin embargo, un requisito principal para establecer correspondencias grafema – fonema es estar dotado de categorías fonémicas bien definidas. Aquí consideramos la evidencia que sugiere que las deficiencias de lectura fonológica en la dislexia surgen de un déficit en la percepción categórica de los fonemas.

El déficit de percepción categórica en la dislexia

2Cuando se les pide que discriminen pares de sílabas habladas que solo difieren por una característica fonémica única, como /ba/ y /da/, los niños disléxicos cometen un mayor número de errores que los lectores promedio (Reed, 1989; Masterson, Hazan & Wijayatilake, 1995; Mody, Studdert-Kennedy & Brady, 1997; Adlard & Hazan, 1998). Esta debilidad en la discriminación de fonemas no es una cuestión de agudeza perceptiva. Más bien, surge de problemas específicos en la percepción categórica de los sonidos del habla. La «percepción categórica» (CP) corresponde a la medida en que las diferencias acústicas entre variantes del mismo fonema son menos perceptibles que las diferencias de la misma magnitud acústica entre dos fonemas diferentes (Liberman, Harris, Hoffman & Griffith, 1957). A los oyentes normales les va mejor la discriminación de los sonidos del habla entre categorías, en lugar de dentro de ellas. Sin embargo, diferentes estudios sugieren que los niños con dislexia son menos categóricos que los lectores promedio en la forma en que perciben los contrastes fonéticos (Godfrey, Syrdal-Lasky, Millay & Knox, 1981; Werker & Tees, 1987; Serniclaes, Sprenger-Charolles, Carré & Démonet, 2001; Bogliotti, Messaoud-Galusi, & Serniclaes, 2002). Un hallazgo sorprendente en todos estos estudios es que, en comparación con los normales, los disléxicos hacen mal en la discriminación entre categorías (es decir, fonemas), pero lo hacen igualmente bien o mejor en discriminar variantes acústicas dentro de las categorías del mismo fonema.

Fiabilidad de la percepción categórica déficit

3la diferencia de CP entre los disléxicos y los controles es fiable siempre que los datos se recogen en condiciones adecuadas, es decir, en condiciones donde las categorías fonémicas no son demasiado débiles ni demasiado fuertemente discriminables por los controles. Hasta donde sabemos, el déficit de PC en los disléxicos siempre estuvo presente en estas condiciones, aunque no siempre se probó (Brandt & Rosen, 1981), a veces marginalmente significativo (Reed, 1989) y a veces sin diferencias concomitantes en la discriminación dentro de la categoría (Messaoud-Galusi, Carré, Bogliotti, & Serniclaes, 2002). El déficit de PC también se investigó con datos de etiquetado comparando las pendientes de las curvas de etiquetado, una pendiente menos profunda que indica límites de categoría menos definidos. El CP déficit estaba presente y significativo en estos estudios (Reed, 1989; Manis, McBride-Chang, Seidenberg, Keating, Doi, Munson & Petersen, 1997; Joanisse, Manis, Keating, & Seidenberg, 2000). Sin embargo, en los dos estudios posteriores, el déficit de PC solo se encontró en los subgrupos de disléxicos más gravemente afectados.

El locus del déficit de CP en el marco del modelo de tres etapas de percepción del habla

4 Categorías fonológicas se pueden concebir como productos finales de tres etapas sucesivas de procesamiento, la primera consistente en la extracción de señales acústicas, la segunda de la transformación analógica a digital de señales acústicas en categorías fonéticas, y la tercera de la agrupación de categorías fonéticas en categorías fonológicas (Werker & Logan, 1985; Werker & Tees, 1987; Samuel & Kat, 1996; Serniclaes, 2000). En este marco, podría surgir un déficit de representación en cada uno de estos tres niveles, es decir, «auditivo», «fonético» o «fonológico». La diferencia entre déficit fonético y déficit fonológico ya ha sido considerada en la literatura (Morais, Alegria, & Content, 1987). Sin embargo, el enfoque se ha centrado en la naturaleza específica del déficit auditivo vs. del habla, sin considerar el estado exacto del último. La hipótesis de un déficit auditivo puede obtener cierto apoyo del hecho de que el rendimiento de los disléxicos es más débil que el de los controles en una variedad de tareas auditivas no espesas, incluidos los juicios de orden temporal entre estímulos acústicos no espesas (Tallal, 1980). Sin embargo, las interpretaciones en estas tareas no tienen implicaciones directas para la percepción del habla (Studdert-Kennedy, 2002) y las deficiencias auditivas son menos confiables entre individuos que las fonológicas (Ramus, Rosen, Dakin, Day, Castellote, White, & Frith, en prensa). Los intentos de reduplicar los déficits del habla con estímulos similares no espeso no proporcionaron un apoyo directo para la hipótesis auditiva. El rendimiento reducido de los disléxicos para la discriminación de pares mínimos de sonidos sintéticos del habla, que difieren por el valor de una sola característica fonética, no se encontró para contrastes similares sin espejismo (Mody, Studdert-Kennedy, & Brady, 1997). En un estudio en el que se utilizaron exactamente los mismos estímulos para comparar el rendimiento del habla y el rendimiento no espeso, se encontró un déficit de percepción categórico en ambas condiciones (Serniclaes et al., 2001). Sin embargo, el límite categórico no estaba ubicado en la posición fonéticamente relevante en la condición no espesa donde correspondía al cambio cualitativo entre las transiciones ascendente y descendente. Esto sugiere un doble déficit, uno para la percepción del habla y el otro para la percepción auditiva no auditiva. Después de décadas de investigación, se desconoce si los procesos de percepción categórica en los modos de habla y no de lenguaje son totalmente independientes. Lo que ya está claro a partir de estudios en adultos normales es que los procesos de categorización del habla no son del todo reducibles a los de percepción auditiva general porque, entre otras razones, los límites fonéticos son más flexibles que los que no se especializan (Repp & Liberman, 1987). Los límites no espejados se sujetan a los límites naturales, como las transiciones de frecuencia ascendente o descendente, mientras que los límites fonéticos son variables contextualmente y solo corresponden a un límite natural en el contexto vocal neutral (Serniclaes & Carré, 2002).

5La presencia de un componente específico del habla en el déficit de percepción categórica de los niños disléxicos plantea la cuestión de su naturaleza precisa, fonética o fonológica. Consideremos brevemente el desarrollo de la percepción del habla para responder a esta pregunta. Una teoría prevalente sobre el origen de la percepción fonética afirma que los bebés humanos nacen con una predisposición para percibir todos los contrastes fonéticos posibles, y si estas predisposiciones se activan o no depende de la presencia o ausencia del contraste correspondiente en el entorno lingüístico (Werker & Tees, 1984a). Los neonatos ya pueden discriminar entre una serie de categorías fonéticas, incluso aquellas que no están presentes en su lenguaje ambiental (véase una reseña en Hallé, 2000; Vihman, 1996). La percepción categórica de los fonemas surge de desactivar (o más bien reducir: Werker & Tees, 1984b) la sensibilidad inicial a las distinciones fonéticas irrelevantes en el lenguaje ambiental. Sin embargo, la desactivación de las distinciones alofónicas no es suficiente para adaptar las predisposiciones iniciales a los contrastes fonéticos, a las estructuras fonológicas de las diferentes lenguas. En muchos casos, los límites fonológicos no coinciden con los excluidos en las predisposiciones. Se necesitan más mecanismos de adaptación que operen a través de acoplamientos entre predisposiciones (Serniclaes, 1987) para generar límites específicos del lenguaje.

6Figura 1. Categorías de voz y límites perceptuales a lo largo del continuo de tiempo de inicio de voz (VOT). Arriba: Posibles categorías de voz en los idiomas del mundo (voiced, / b/ : long negative VOT; voiceless,/ p/: near 0 ms VOT; voiceless aspirado,/ ph/: long positive VOT) y límites correspondientes. Los bebés prelingüísticos son sensibles a estos límites. Abajo: Categorías de voz francesa (voz, (/b/; ligeramente aspirado, (/p(h)/) y límite perceptual (alrededor de 0 ms VOT). Lo último no está excluido en las predisposiciones del bebé.

7 Estos límites se generan a través de procesos de desarrollo bastante complejos y, por lo tanto, pueden verse afectados por fallas en alguna parte de la población, debido a diferencias genéticas y /o factores ambientales. La implicación de la falta de acoplamiento sería la persistencia de categorías alofónicas. Esta percepción categórica de las distinciones alofónicas podría dar lugar a una percepción no categórica de fonemas con picos de discriminación intra-categórica, similares a los encontrados en niños disléxicos, dada la evidencia previa de su percepción categórica más débil y el aumento de la discriminación dentro de la categoría. Si la percepción del habla es alofónica para niños disléxicos, su déficit perceptivo sería específicamente fonológico. Esta hipótesis es atractiva porque proporcionaría una explicación directa de su debilidad en la conciencia fonética y, como se explica a continuación, de sus deficiencias en las habilidades de lectura fonológica.

Los datos en apoyo de un modo alofónico de percepción del habla en dislexia

8La percepción de voz en francés ofrece una oportunidad interesante para evaluar el efecto del lenguaje en las predisposiciones fonémicas. Hay tres posibles categorías de sonorización en todos los idiomas, y estas categorías dependen del «Tiempo de inicio de la voz» (VOT), p. ej. la relación temporal entre el inicio de la ‘voz’ (vibraciones laríngeas) y la liberación del cierre de la boca (Lisker & Abranson, 1964; ver Figura 1) En idiomas donde las tres categorías de VOT son fonémicas, como el Thaï, los oyentes exhiben dos límites para la percepción de la voz, un límite de VOT negativo y uno de VOT positivo (Abramson & Lisker, 1970). Estos límites están excluidos en las predisposiciones del niño (Lasky, Syrdal-Lasky, & Klein, 1975; Aslin, Pisoni, Hennessy, & Perrey, 1981). Sin embargo, algunos idiomas, entre los que se encuentran el francés y el español, utilizan una única distinción entre las categorías de VOT negativo y de VOT positivo moderadamente largo. El límite perceptivo se encuentra alrededor de 0 ms VOT en estos idiomas (Serniclaes, 1987), una posibilidad que no se pronostica directamente en las predisposiciones del bebé. El límite VOT cero se obtiene aparentemente por acoplamiento específico del lenguaje entre predisposiciones fonéticas durante el desarrollo perceptivo (Serniclaes, 2000).

9La relación entre el deterioro de la lectura y la discriminación de sílabas sintéticas que varían a lo largo del continuo VOT se investigó en dos estudios diferentes con niños de habla francesa (niños disléxicos de 10 años, en Bogliotti et al., 2002, o niños disléxicos de 9 años, en Van Heghe, 2001, vs. controles de edad cronológicos). Ambos estudios revelan la presencia de dos picos de discriminación diferentes, uno correspondiente al límite fonema y el otro a uno alófono. Este último pico es menos destacado (en Van Heghe, 2001; no se muestra aquí) o incluso completamente ausente (en Bogliotti et al., 2002; ver Figura 2) para AR vs. niños disléxicos. Estos resultados sugieren que el acoplamiento entre predisposiciones no se completa alrededor de los 9 años, dada la presencia de un pico alofónico para niños con RA a esa edad, y que el déficit de acoplamiento es más fuerte para niños con problemas de lectura, porque el pico alofónico es más fuerte para estos últimos.

% discriminación correcta

 % discriminación correcta

10 Figura 2. Funciones de discriminación de niños disléxicos de 10 años de edad (al menos 18 meses de retraso en la lectura) y controles cronológicos de edad de AR en el continuo a /do-to/ voicing (de Bogliotti et al., 2002). La RA presenta un único pico de discriminación en el límite del fonema (entre 10 y 20 ms VOT para estos estímulos). Los disléxicos exhiben otro pico de discriminación a un valor apropiado para la percepción de una distinción alofónica (entre -30 y -20 ms VOT). Se obtuvieron resultados similares en otro estudio (Van Heghe, 2001).

Posibles implicaciones del modo alofónico de percepción del habla para la lectura

11 Comprender el habla con categorías alofónicas en lugar de fonémicas probablemente no plantea problemas importantes. El acceso al léxico mental es concebible con representaciones alofónicas, aunque es más exigente en términos de procesamiento de información. La situación es muy diferente para la comprensión del lenguaje escrito que, al menos en sistemas alfabéticos, requiere representaciones de fonemas. Los argumentos en apoyo de las implicaciones de un fallo en el acoplamiento entre predisposiciones para aprender a leer se proporcionan mediante simulaciones por computadora. Se ha demostrado que la supresión de» atracciones fonológicas «entre características fonéticas, conceptualmente similares a los» acoplamientos fonológicos » definidos anteriormente, tiene importantes efectos negativos en el rendimiento de lectura de una red conexionista (Harm & Seidenberg, 1999). Junto con los hallazgos descritos anteriormente sobre la percepción alofónica en disléxicos, esto sugiere que los acoplamientos fonológicos reducidos o las atracciones podrían corresponder al problema central de la dislexia.

Reconocimientos

12Los estudios franceses presentados en este artículo fueron apoyados por una beca de la ACI «Cognitique» francesa (COG 129) del Ministère de la Recherche francés.

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