Antecedentes: La función precisa de la mano se caracteriza fundamentalmente por el movimiento de oposición del pulgar, solo posible debido a la anatomía funcional de la primera articulación carpometacarpiana. En consecuencia, las altas exigencias funcionales de esta articulación conducen a la tasa más alta de osteoartritis de las articulaciones de las manos y a la pérdida de función. La osteoartritis carpometacarpiana (CMC) del pulgar rara vez se observa en casos postraumáticos. Puede ser causada por fracturas que involucran las superficies de las articulaciones de ambos, el trapecio o el primer metacarpiano, mientras que las dislocaciones de la articulación carpometacarpiana en sí solo ocasionalmente conducen a osteoartritis.
Objetivos: Identificación y compilación de conceptos actuales en diagnóstico y terapia de la artrosis carpometacarpiana postraumática del pulgar.
Métodos: Se utilizaron la revisión selectiva de PubMed y Cochrane, los datos obtenidos de las investigaciones de los propios pacientes y las experiencias de los autores.
Resultados: El tratamiento adecuado de la lesión minimizará el riesgo de un mal funcionamiento futuro. En las primeras etapas, la artroscopia es un método valioso para el diagnóstico y el tratamiento de la rizartrosis postraumática. Para todas las etapas, se describen y utilizan una multitud de procedimientos operativos, pero aún no se ha evaluado su eficacia. La osteoartritis avanzada de la primera articulación CMC se trata ampliamente mediante trapeciectomía, que es adecuada para la mayoría de los pacientes y se considera un estándar de oro. Procedimientos adicionales como la suspensión, la interposición o la transfusión por cable k no proporcionan ninguna ventaja significativa y conducen a resultados comparables. Es aconsejable tratar la hiperextensión de la articulación metacarpofalángica del pulgar en cualquier etapa de la artrosis CMC.