La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la radiación de los teléfonos celulares como un «posible carcinógeno humano» debido a un mayor riesgo de cáncer cerebral por el uso prolongado y intensivo de teléfonos celulares. Aunque no se ha demostrado que la exposición a corto plazo a teléfonos celulares cause tumores cerebrales, las investigaciones muestran que puede cambiar la actividad cerebral de maneras que aún no entendemos completamente.
Las células cerebrales humanas se comunican a través de impulsos eléctricos, que pueden detectarse mediante mediciones no invasivas de EEG (Electroencefalograma). Un estudio reciente de teléfonos móviles realizado por investigadores de Países Bajos descubrió que cuando se coloca un teléfono móvil en el oído, su radiación, aunque no se detecta conscientemente, es detectada eléctricamente por el cerebro. En el estudio, 31 mujeres sanas se expusieron a un teléfono móvil 3G durante 15 minutos y se midió su actividad de EEG. Cambios en la actividad cerebral (p. ej. aumento de la reactividad cortical) se detectó inmediatamente después de los picos de radiación, que se producen durante el proceso de marcación normal del teléfono.
El estudio de los Países Bajos no es el primero en mostrar un cambio en el EEG como resultado de la exposición aguda a la radiación de los teléfonos celulares. En 2015, un estudio francés mostró que el patrón de EEG cerebral (banda alfa) se ve alterado por la radiación del teléfono celular GSM; un estudio italiano de teléfonos móviles de 2013 también demostró cambios significativos en la actividad cerebral (es decir, excitabilidad cortical) inducida por la exposición de 45 minutos al teléfono móvil GSM; un estudio australiano de 2013 mostró un EEG cerebral alterado (banda alfa) por radiación RF similar al GSM. Un estudio australiano de 2011 mostró un efecto de la exposición aguda a 2G y 3G en las funciones cognitivas humanas. Un estudio de 2010 en los Estados Unidos encontró que la radiación pulsada del uso ordinario de teléfonos móviles puede desencadenar potenciales evocados del cerebro humano (Eps) detectados por el electroencefalograma.
La tomografía por emisión de positrones (PET) es otra herramienta que se utiliza para estudiar el efecto de la radiación de teléfonos celulares en la actividad cerebral humana. El uso de TEP, un estudio de 2011 de EE. un estudio publicado en la prestigiosa Revista de la Asociación Médica Americana (JAMA) demostró que 50 minutos de uso de teléfonos celulares cambiaron el metabolismo de la glucosa en el cerebro humano en la región del cerebro más cercana a la antena del teléfono. Un estudio de Finlandia de 2006 también mostró que la radiación de teléfonos móviles indujo cambios en el flujo sanguíneo cerebral en humanos.
La evidencia de los estudios anteriores muestra que el cerebro humano es sensible a la radiación de los teléfonos celulares. El cambio de actividad cerebral observado no puede explicarse solo por un efecto de calentamiento (o térmico) como resultado del aumento de temperatura por absorción de energía. Sin embargo, no se ha identificado ningún mecanismo biológico subyacente que explique los efectos. Tampoco sabemos qué consecuencias para la salud pueden resultar de tales estímulos repetidos. Aún se necesita más investigación para comprender el mecanismo y los efectos a largo plazo de la radiación de los teléfonos celulares en la salud de los seres humanos. El estándar de seguridad actual no tuvo en cuenta ningún efecto no térmico, como se evidencia en los estudios anteriores. A día de hoy no se conoce un nivel seguro de exposición a la radiación de los teléfonos celulares.
Aquí en Pong, creemos que es importante ser conscientes de que nuestros cerebros son sensibles a la radiación de los teléfonos celulares y la exposición a largo plazo puede causar posibles efectos adversos para la salud, como el cáncer cerebral. Lo mejor que puede hacer ahora es adoptar una postura proactiva para reducir su exposición a la radiación de los teléfonos celulares. Hay maneras de reducir la exposición a la radiación de los teléfonos móviles. Para conocer algunos pasos sencillos, consulte nuestro artículo sobre consejos para reducir la exposición a la radiación de los teléfonos móviles. Creemos que una de las mejores formas de limitar su exposición es usar una funda para teléfono con reducción de radiación de Pong.