Hay cierta evidencia de que beber café reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson, pero el efecto del café en los síntomas motores en personas que ya han sido diagnosticadas con Parkinson es menos claro.
En este estudio, los investigadores reclutaron a pacientes de Parkinson (137 mujeres, 147 hombres) y los dividieron en dos grupos: bebedores de café (204 personas), que incluían a cualquier persona que bebía café regularmente o solía hacerlo, incluso si ya no lo hace, y; no bebedores de café (80 personas) que nunca bebieron café regularmente.
En comparación con los que no bebían café, los bebedores de café eran desproporcionadamente más jóvenes, hombres, mejor educados y más jóvenes al inicio de los síntomas. Los bebedores de café tenían menos deterioro motor, como lo demostraron las puntuaciones más bajas en la sección motora de la Escala Unificada de Evaluación de la Enfermedad de Parkinson (UPDRS; 19,46 vs.22,84); esto incluyó puntuaciones significativamente más bajas para temblor (2,48 vs. 3,64), bradicinesia (movimiento lento; 2,48 vs. 10,83) y marcha y postura (0,78 vs. 1,16).
Cabe destacar que el temblor en reposo ocurre cuando las manos, los brazos o las piernas de una persona se sacuden incluso cuando están en reposo; el temblor de acción ocurre con el movimiento voluntario de un músculo.
Cuando los investigadores incluyeron otros factores (edad, sexo, etc.) en su modelo, la mayoría de estas diferencias ya no eran estadísticamente significativas. Sin embargo, los puntajes de temblores aún eran significativamente más bajos entre los bebedores de café. Más específicamente, los bebedores de café tuvieron puntuaciones significativamente más bajas para temblores en reposo (1.49 vs.2.41), mientras que las puntuaciones de los temblores de acción no fueron muy diferentes entre los dos grupos una vez que se tuvieron en cuenta otras variables.
Además, esta asociación fue dependiente de la dosis. Es decir, cuanto más café los participantes informaron haber bebido, más bajos tendían a ser sus puntajes de temblor.
Los investigadores dividieron a los pacientes por sexo y realizaron un análisis similar. Curiosamente, las puntuaciones de temblores fueron significativamente más bajas entre los hombres que beben café en comparación con los hombres que no beben café, pero esta asociación no fue estadísticamente significativa para las mujeres. Esto sugiere diferencias dependientes del sexo en los efectos del café en pacientes con Parkinson.
Los investigadores especularon que tales diferencias pueden ser atribuibles a las hormonas que están típicamente presentes en diferentes niveles entre los sexos, especialmente el estrógeno. Pero se necesitará más investigación para determinar si esta idea es válida.
«El consumo de café y la gravedad del temblor están inversamente relacionados en pacientes varones con de novo», escribieron los investigadores. «Se necesitan más investigaciones para revelar la relación causal exacta entre el consumo de café y el temblor en los pacientes», agregaron.
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