El examen clínico y radiográfico por sí solo puede ser insuficiente para confirmar las fuentes de dolor del disco intervertebral, que es una fuente común de dolor axial crónico. Los procedimientos precisos de discografía controlada pueden proporcionar confirmación diagnóstica de que un disco intervertebral específico es responsable del dolor axial de la columna vertebral del paciente. La discografía lumbar se ha utilizado ampliamente para evaluar la lumbalgia discogénica. Un importante avance reciente en la discografía fue la introducción de la discografía manométrica controlada por presión, que permite controlar la presión intra-discal y la velocidad de inyección del tinte de contraste. Utilizando discografía manométrica controlada por presión y criterios precisos para la discografía positiva (por ejemplo, dolor de EVA reproducible de más de 6/10 con <50 psi de presión intradiscal y <3,5 ml de volumen total), no se obtienen falsos positivos para el diagnóstico de lumbalgia discogénica. La discografía cervical es un procedimiento de diagnóstico seguro y valioso si lo realiza un intervencionista altamente capacitado y competente con experiencia en el procedimiento. No se trata de un procedimiento de detección, sino de confirmación. Incluso la resonancia magnética es un complemento útil de la discografía cervical, hay algunos patrones de resonancia magnética que no se pueden considerar patológicos y se requiere una discografía para diagnosticar el síndrome de dolor discogénico. La discografía torácica se puede realizar de forma segura como un procedimiento de diagnóstico terciario confiable para determinar si los discos degenerados en los estudios de RM están relacionados con quejas clínicas. A partir de la columna lumbar, puede revelar la verdadera fuente de dolor y, por lo tanto, conducir a un tratamiento preciso y eficaz.