condrosarcoma de células claras: hallazgos radiográficos, tomográficos computarizados y de resonancia magnética en 34 pacientes con correlación patológica

Objetivo: Describir las características radiográficas del condrosarcoma de células claras (CCC), incluidos los hallazgos de la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), y correlacionarlos con los hallazgos histopatológicos.

Diseño y pacientes: Se realizó una revisión retrospectiva de 72 pacientes con CCC confirmados histopatológicamente. Se dispuso de estudios de imagen para 34 pacientes: radiografías convencionales (n=28), tomografías computarizadas (n=14) e imágenes de RM (n=15). Los estudios radiográficos fueron revisados por tres radiólogos que emitieron una opinión de consenso; los estudios se correlacionaron con los hallazgos histopatológicos.

Resultados: De los 34 pacientes con estudios de imagen, 30 eran hombres y 4 mujeres (edad media 38,6 años; rango 11-74 años). Veintidós lesiones en huesos largos (15, fémur proximal; 1, fémur distal; 1, tibia proximal; 5, húmero proximal) y 11 estaban en huesos planos (5, vértebra; 4, costilla; 1, escápula; 1, innominada). Se produjo una lesión en el hueso navicular tarsal. Por lo general, las lesiones óseas largas se localizaban en la epimetafisis (19/22) y eran lucentes, con un margen esclerótico bien definido y sin destrucción cortical ni formación de hueso periostial nuevo. Más de un tercio de las lesiones óseas largas contenían mineralización de matriz con una apariencia condroide característica. Se presentaron fracturas patológicas en seis lesiones óseas largas (4, húmero; 2, fémur). Fue más probable que las lesiones en el húmero proximal tuvieran márgenes indistintos (4/5) y se extendieran hasta la diáfisis. Las lesiones óseas planas fueron típicamente líticas y expansivas y en ocasiones mostraron áreas de disrupción cortical. Típicamente, la mineralización de la matriz, cuando está presente, es amorfa. Las imágenes por RM, cuando estaban disponibles, fueron superiores a las radiografías convencionales para demostrar la extensión intramedular de una lesión, así como la extensión de tejidos blandos. Las imágenes de TC mejor delinearon la presencia de destrucción cortical y el carácter de los patrones de mineralización de matrices. Las lesiones de CCC fueron típicamente de baja intensidad de señal en las imágenes ponderadas en T1 y moderadamente o significativamente brillantes en las imágenes ponderadas en T2. Las áreas de heterogeneidad de la lesión en las imágenes ponderadas en T1 y T2 y en las imágenes ponderadas en T1 post-gadolinio correspondieron patológicamente a áreas de mineralización, hemorragia intralesional y cambios quísticos. El edema de médula ósea adyacente estuvo típicamente ausente (12/15) o solo se observó mínimamente en unos pocos casos (3/15). Ningún caso examinado con imágenes de RMN demostró formación de hueso nuevo periostial.

Conclusiones: El CCCS se presenta típicamente radiográficamente como una lesión lítica geográfica localizada en la región epimetafisaria de los huesos largos. Las lesiones más comunes se encuentran en el fémur proximal, seguido por el húmero proximal. Las lesiones dentro del húmero proximal pueden presentar características más agresivas. Las lesiones en el esqueleto axial son típicamente expansiles y destructivas, a menudo con extensión de tejido blando y falta de mineralización. Las imágenes de RMN pueden mostrar la presencia o ausencia de edema de médula ósea.

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