Se encuestó a cuarenta y ocho solicitantes consecutivos y a 30 pacientes conocidos que abusaban de clonidina en tres programas de tratamiento con metadona en relación con su uso de clonidina. Surgieron dos patrones distintos de uso de clonidina. De los 22 solicitantes que tomaron clonidina ilícitamente, 15 la usaron principalmente para disminuir la abstinencia de opioides, así como para su efecto sedante. Los solicitantes en su mayoría lo obtuvieron de médicos, usaron una dosis promedio de 0,37 mg a la vez, y aproximadamente un tercio creía que la clonidina era adictiva. En contraste, los pacientes que usaban clonidina tomaron clonidina principalmente por sus efectos psicoactivos, incluida la interacción con metadona, además de disminuir la abstinencia de opioides. Los pacientes obtenían clonidina con frecuencia en la calle y de familiares o amigos, pero menos de médicos. La dosis media notificada para los pacientes fue de 0,6 mg. La gran mayoría de estos pacientes sintieron que la clonidina era adictiva. Nuestros hallazgos, cuando se combinan con el riesgo inherente a la sobredosis de clonidina, sugieren que se justifica una investigación adicional sobre la identificación y el tratamiento del abuso de clonidina entre pacientes con metadona.