Pregunta de revisión
¿Son los agonistas dopaminérgicos eficaces y seguros para prevenir el síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO) en mujeres con alto riesgo de SHO (por ejemplo, mujeres con ovarios poliquísticos o un alto rendimiento ovocitario tras la estimulación)? ¿Qué tan eficaces son en comparación con otros tratamientos activos (por ejemplo, albúmina humana)?
Antecedentes
El SHO se produce debido a la sobreestimulación de los ovarios (órganos reproductores femeninos que producen óvulos y hormonas sexuales) en el tratamiento de fertilidad (denominado tecnología de reproducción asistida). Se caracteriza por el aumento del tamaño de los ovarios y el movimiento del líquido de los vasos sanguíneos a otras cavidades corporales, lo que produce hinchazón abdominal (estomacal), un mayor riesgo de coágulos sanguíneos y una reducción del suministro de sangre a órganos importantes. En la mayoría de los casos, la afección es leve y se resuelve por sí sola sin tratamiento, pero algunas mujeres desarrollan una forma moderada o grave de SHO, que requiere hospitalización. No hay cura para el SHO más que esperar a que se asiente y reducir los síntomas mientras está en el hospital. Se han introducido medicamentos llamados agonistas dopaminérgicos para tratar de prevenir el SHO.
Características del estudio
Esta revisión incluyó 16 ensayos controlados aleatorios en los que participaron 2091 mujeres con alto riesgo de SHO, en los que se evaluaron tres agonistas dopaminérgicos diferentes (cabergolina, bromocriptina y quinagolida). Las principales medidas de resultados fueron el número de nuevos casos (incidencia) de SHO moderado o grave y la tasa de nacidos vivos. La evidencia está actualizada hasta agosto de 2016.
Resultados clave
Los agonistas dopaminérgicos parecen reducir la incidencia de SHO moderado o grave en mujeres con alto riesgo de SHO (evidencia de calidad moderada) en comparación con placebo o sin tratamiento. Esto sugiere que si el 29% de las mujeres que toman placebo o ningún tratamiento tienen SHO moderado o grave, entre el 7% y el 14% de las mujeres que toman agonistas dopaminérgicos tendrán SHO moderado o grave. Para las mujeres a las que se transfirió un embrión fresco como parte de su ciclo de tratamiento, no hubo evidencia de que los agonistas de la dopamina influyeran en los resultados del embarazo, pero podrían aumentar el riesgo de efectos secundarios, como trastornos estomacales. No hubo evidencia de una diferencia entre un agonista dopaminérgico más otro tratamiento activo versus otro tratamiento activo en la incidencia de SHO moderado o grave y la tasa de nacidos vivos.
No hubo evidencia de una diferencia en las tasas de SHO entre los tratamientos con cabergolina y placebo (p. ej. almidón hidroxietilado, prednisolona o «coasting» (retención de más estimulación ovárica durante unos días)). La cabergolina se asoció con un aumento de la tasa de embarazos clínicos en comparación con el embarazo a vela.
Calidad de la evidencia
La calidad de la evidencia varió de muy baja a moderada. Entre las limitaciones figuraban la presentación deficiente de informes sobre los métodos de estudio y la imprecisión (muy pocos eventos) para algunas comparaciones.