Cloasma

¿Qué es el cloasma?

Los cloasmas, también conocidos como melasma o «máscara del embarazo», son unas manchas oscuras, marrones o grisáceas que aparecen en la cara sobre todo durante los embarazos, pero también a causa de un efecto secundario de algunos medicamentos o por fotosensibilización al sol. Suelen aparecer en las mejillas, en la frente, en la nariz y en el labio superior, y de forma menos habitual, alrededor de los ojos.

Los cloasmas pueden causar picazón, aunque sus consecuencias no van más allá de las estéticas de forma general. Sus consecuencias son por tanto más emocionales que físicas, pudiendo causar una baja autoestima o depresión por el aspecto que se presenta.

Causas

Los cloasmas aparecen como reacción a las hormonas como los estrógenos o la progesterona. Es por esto que es frecuente en las mujeres embarazadas, que producen estas hormonas de forma natural (para las embarazadas se conoce como «cloasma gravídico»), pero también en mujeres que estén tomando pastillas anticonceptivas o hormonoterapia sustitutiva, hormonas que se suministran para aliviar los síntomas de la menopausia.

Este exceso de hormonas produce a su vez una sobreproducción de melanina, que es lo que causa el color marrón irregular en la piel.

La exposición a la luz del sol también puede provocar cloasmas, o hacerlos más notables en caso de que ya estuvieran previamente. Aparecen con más frecuencia, por tanto, en climas tropicales. El uso de cremas solares de forma diaria ayuda a prevenir los cloasmas.

Otros factores para que aparezcan cloasmas son sufrir patologías tiroideas, estrés o una reacción alérgica a medicamentos o cosméticos. Se puede considerar también como una manifestación de una enfermedad endocrinológica o diabetes.

Las características físicas también son un factor a tener en cuenta: las mujeres con cabello oscuro y piel pálida son las que más probabilidades tienen de tener cloasmas. Existe también una predisposición genética a tener cloasmas: una de cada tres mujeres con cloasmas conocen casos en su misma familia. Se considera por ello un trastorno crónico.

Aunque los cloasmas aparecen en la mayoría de los casos únicamente en las mujeres, también pueden aparecer en los hombres. Para ambos sexos, la edad media sobre la que aparecen cloasmas es entre los 20 y 40 años.

Tipos de cloasma

Dependiendo de la profundidad de la melanina, se dan tres tipos de cloasma:

Cloasma dérmico

En la dermis superficial. Suele tener bordes difusos y se encuentra en las regiones laterales de la cara.

Cloasma epidérmico

En las capas epidérmicas más superficiales. Tiene los bordes más definidos y se encuentra en el área centro-facial. Es el cloasma más fácil de tratar.

Cloasma mixto

Combina las características de los anteriores. Puede ser más difícil de tratar.

Tratamiento

Para determinar si las manchas que aparecen en la piel son cloasmas se suele utilizar una lámpara de Wood (emite luz ultravioleta) ya que ayuda a distinguir el exceso de melanina en la piel fácilmente. También se puede realizar un análisis de sangre para descartar otras posibles enfermedades, aunque no suelen ser frecuentes.

Aunque los cloasmas suelen desaparecer con el tiempo al interrumpir los tratamientos hormonales o una vez finalizado el embarazo, existen métodos para reducir su exposición en la piel, pues en ocasiones pueden permanecer en la piel desde unas semanas hasta varios años si no se pone ningún remedio.

Se pueden usar cremas que contengan tretinoína, hidroquina (ácido kojico) y ácido azelaico para mejorar la apariencia del cloasma. También se pueden usar cremas esteroides tópicas, la exfoliación química o el peeling, que supone una combinación de los componentes de estas cremas con sustancias queratolíticas como el ácido salicílico o glicólico. El maquillaje también sirve para camuflar los cloasmas, siempre y cuando no cause irritaciones en la piel.

Los derivados de vitamina C también suelen resultar eficaces contra la hiperpigmentación así como el ácido retinoico, aunque este último puede tener efectos secundarios como irritación o aumento de la sensibilidad solar.

De forma excepcional se pueden usar tratamientos de láser para eliminar la pigmentación en los casos graves. Se trata de tratamientos caros con una eficacia variable, y que deben combinarse con los mencionados anteriormente. Es un tratamiento que puede tener efectos secundarios como la inflamación, la irritación o la sensación de ardor en la piel.

En ningún caso se recomienda el uso de blanqueadores de piel u otros productos químicos.

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