Ciudad Colonial de Santo Domingo

Valor Universal excepcional

Breve síntesis

Primer establecimiento permanente del «Nuevo Mundo» y capital de las Indias Occidentales,la Ciudad Colonial de Santo Domingo, la única del siglo XV en las Américas, fue el lugar de partida para la difusión de la cultura europea y la conquista del continente. De su puerto partieron conquistadores como Ponce de León, Juan de Esquivel, Herman Cortes, Vasco Núñez de Balboa, Alonso de Ojeda y muchos otros en busca de nuevas tierras.

Ubicada en la desembocadura del río Ozama, en la costa sur de la Isla Española, la Ciudad Colonial de Santo Domingo es el núcleo desde el que se fundó Santo Domingo de Guzmán, capital de la República Dominicana. Originalmente establecido en el lado este del río Ozama en 1496, fue fundado por Bartolomé Colón en 1498, por orden de los reyes católicos. En 1502, el gobernador Nicolás de Ovando transfirió sus instituciones a cisjordania y decidió proporcionar a la ciudad un patrón de cuadrícula desde la Grand Place (Plaza Mayor). Este diseño de tablero de ajedrez se convirtió más tarde en una referencia para casi todos los urbanistas del Nuevo Mundo.

Ciudad de » primicias «,Santo Domngo fue la sede de las primeras instituciones en América : la Catedral de Santa María de la Encarnación, el Monasterio de San Francisco, la Universidad de Santo Tomás de Aquino, el Hospital Nicolás de Bari y la Casa de Contratación. También es la primera ciudad fortificada (fortaleza de Santo Domingo y su Torre del Homenaje) y la primera sede del poder español en el Nuevo Mundo.

Sobre un área de 106 ha, bordeada por muros, bastiones y fuertes, el sitio inscrito comprende 32 calles que cruzan los 116 bloques, construcciones de uno o dos niveles con muros de piedra, ladrillo o tierra. Su planta original, la escala de sus calles y sus edificios están casi totalmente intactos; es el único centro urbano vivo que conserva sus características del siglo XV. Con su conjunto patrimonial monumental y sus edificios góticos únicos en esta región del continente, la Ciudad Colonial de Santo Domingo mantiene en esencia la estructura, el uso y las funciones que han caracterizado a las primeras construcciones en el momento de su fundación, preservando su integridad y autenticidad.

Ciudad de encuentros, es aquí donde por primera vez se cruzaron las culturas nativas, europeas y africanas y donde se desarrolló el entendimiento multicultural en total sincronización de conocimientos, lenguaje, creencias y experiencias. Además, es la Ciudad Colonial de Santo Domingo donde el monje dominico, el Hermano Antonio Montesino, lanzó su llamado por los derechos naturales de los nativos, marcando el inicio de la lucha por los derechos fundamentales de la humanidad.

Criterio (ii): La Ciudad Colonial de Santo Domingo ha ejercido una fuerte influencia en el desarrollo de las ciudades del Caribe y del continente americano. Su patrón de cuadrícula y su Plaza Mayor han servido de modelo para nuevas ciudades en las Américas. Sus edificios institucionales datan del siglo XVI – Palacio del Virrey, Cabildo, Real Audiencia y Catedral – han servido de referencia para el desarrollo futuro.

Criterio (iv): El tejido urbano inicial de la Ciudad de Santo Domingo, el «modelo Ovando» se conserva intacto, tanto en la regularidad de su trazado cuadriculado ajustado aquí y allá por imperativos topográficos, como en la anchura original de sus calles. Sus edificios monumentales, que datan de principios del siglo XVI, atestiguan el declive del gótico español y la aparición de los primeros indicios del Renacimiento, como se ilustra elocuentemente en su catedral.

Criterio (vi): Acontecimientos de importancia universal han visto la luz en Santo Domingo: expediciones y conquistas de nuevas tierras dejadas desde este punto; la difusión de la evangelización y las primeras Leyes de Indias fueron proclamadas y aplicadas.

Integridad

La Ciudad Colonial de Santo Domingo, rodeada por sus murallas, ha conservado, casi inalterada, la extensión de su territorio, su trazado en cuadrícula y la mayoría de sus estructuras monumentales arquitectónicas. Aparte de raras pero dramáticas excepciones, ha conservado su escala tradicional, el ancho de las calles, las parcelas y las alturas de los edificios. A lo largo de su desarrollo histórico, ha incorporado arquitectura de diversas épocas con sus formas, estilos, materiales y métodos de construcción que han enriquecido el conocimiento y la interpretación de su desarrollo económico, social y cultural como centro histórico vivo.

Conserva su tejido social, su gran valor simbólico y, básicamente, los diferentes usos que caracterizan las primeras construcciones de su fundación. A pesar de las presiones causadas por el desarrollo de la propiedad, los daños causados por huracanes y terremotos, se conservan los atributos esenciales sobre los que se basa la integridad funcional y física de la Ciudad de Santo Domingo.

Autenticidad

La Ciudad Colonial de Santo Domingo ha conservado intacto su perímetro original, conservando la mayoría de sus murallas y fuertes. La trama urbana, las parcelas y el ancho original de sus calles se conservan, en su mayor parte, lo que permite una interpretación creíble de la ciudad. Su expresión arquitectónica a pequeña escala resalta su homogeneidad volumétrica.

Las intervenciones de restauración realizadas siguen siendo evidentes. En la medida de lo posible, las técnicas de consolidación utilizadas se realizaron con materiales compatibles con la estructura original.

Algunas de las estructuras de la Ciudad Colonial se han visto afectadas por fenómenos naturales y la acción de la humanidad, sin haber disminuido en un grado significativo su valor intrínseco y su autenticidad.

Requisitos de protección y gestión

La protección de la ciudad colonial de Santo Domingo está garantizada gracias a un gran número de leyes y decretos de aplicación nacional, y a través de normas y disposiciones municipales que consolidan su visión general y la preservación de sus elementos. El artículo 64 de la Constitución de la República Dominicana (enero de 2010) establece que los bienes históricos y artísticos del país forman parte del patrimonio cultural de la nación y están bajo la protección del Estado. En virtud de la Ley 318 de 1968, la tarea de definir las normas necesarias para la protección y conservación de este patrimonio cultural fue encomendada al poder ejecutivo que, mediante el Decreto 1397 de 1967, creó la Oficina del Patrimonio Cultural, con la responsabilidad principal de desarrollar, coordinar y ejecutar las iniciativas y planes nacionales relativos a su patrimonio monumental. Finalmente, el Aviso 03-2011 regula la zonificación, el uso de la tierra y las intervenciones en la Ciudad Colonial; también describe la parte de la zona de amortiguamiento que se encuentra en el Distrito Nacional.

Sin embargo, desde el punto de vista jurídico, debe concederse especial importancia a la consolidación de los mecanismos de coordinación de los diferentes participantes en los mandatos de supervisión y gestión. También es necesario dotar a los principales actores de la Ciudad Colonial-Ministerio de Cultura y Alcaldía del Distrito Nacional-de personal técnico más competente y con mayor número para ejecutar eficientemente la obra.

En cuanto a la gestión, las instituciones responsables han adoptado un Plan Integral de Revitalización de la Ciudad Colonial de Santo Domingo (aprobado por el Municipio mediante Notificación 08-2011) como herramienta de planificación urbana y local, para hacer frente a los desafíos de renovar su infraestructura básica y las presiones causadas por las amenazas reales o potenciales asociadas a los riesgos naturales, sociales y económicos (huracanes, terremotos, presión de desarrollo inmobiliario y turismo de masas, entre otros). La coordinación de las medidas de gestión en la zona de amortiguación es primordial y es particularmente importante para la preservación del valor universal de los bienes inscritos, teniendo en cuenta las dos jurisdicciones municipales interesadas. Este es un reto que la República Dominicana se ha comprometido a asumir.

Por lo tanto, es vital proporcionar a la comunidad – los usuarios potenciales e inversores, la población local y los visitantes – los medios de directrices generales y específicas que les permitan ejercer sus derechos y obligaciones con el centro histórico. Por último, debe reconocerse el importante papel de la cooperación internacional, en particular mediante su cooperación técnica y financiera, como apoyo a la labor de conservación y revitalización sostenibles.

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