¿EN QUÉ CONSISTE LA ENFERMEDAD?
Llamamos así a la protrusión de la vejiga urinaria sobre la pared anterior del conducto vaginal. Se produce como consecuencia de debilidad en los tejidos y fascias que sostienen la vejiga en su posición normal, tendiendo ésta a desplazarse hacia abajo por la fuerza de la gravedad. Es una enfermedad relativamente frecuente en la mujer, en la menopausia, si ha habido alguna cirugía en la zona, o múltiples embarazos y partos.
¿PODRÍA HABERLA EVITADO?
Sabemos que se favorece por el aumento de presión abdominal por tos crónica en el caso de fumadoras, ciertos ejercicios físicos repetidos, obesidad o estreñimiento persistente.
¿CÓMO PUEDO MEJORARME?
En presencia de sus manifestaciones, acudir al ginecólogo. Me indicará cómo actuar, en general dependiendo del grado de severidad del cistocele. En los casos leves se recomienda tratamiento conservador basado en realizar ejercicios específicos encaminados al fortalecimiento de los músculos situados en el suelo pélvico. Reciben el nombre de ejercicios de Kegel y resultan muy útiles para tratar la incontinencia urinaria. También se utilizan otras terapias, como la biorretroalimentación (biofeedback) y la estimulación eléctrica. Es recomendable asimismo modificar los estilos de vida, abandonar el tabaquismo, reducir peso si es necesario y evitar ejercicios intensos que aumenten la presión intraabdominal.En casos de cistocele avanzado, o cuando fracasan las medidas anteriormente citadas, el tratamiento recomendable es la cirugía. Existen diversas técnicas quirúrgicas, entre ellas la colposacropexia, y puede utilizarse la vía transabdominal mediante una incisión en el abdomen o transvaginal. En los últimos años se colocan mallas que pueden ser de material sintético o biológico y tienen la función de aumentar la capacidad de sustentación de los tejidos.
¿CUÁL ES EL PRONÓSTICO?
A pesar de las mejoras continuas de las técnicas quirúrgicas, no siempre los resultados de la intervención son satisfactorios y en ocasiones se producen recidivas.