Cirrosis: Diagnóstico y tratamiento

La cirrosis es la 12a causa principal de muerte en los Estados Unidos. Investigaciones más recientes han establecido que la fibrosis hepática es un proceso dinámico y que la cirrosis temprana puede ser reversible. Solo una de cada tres personas con cirrosis sabe que la tiene. La mayoría de los pacientes con cirrosis permanecen asintomáticos hasta el inicio de la descompensación. Cuando se descubran signos clínicos, síntomas o pruebas anormales de la función hepática, se debe realizar una evaluación adicional de inmediato. Las causas más comunes de cirrosis son la hepatitis viral, la enfermedad hepática alcohólica y la esteatohepatitis no alcohólica. Los análisis iniciales incluyen serologías de hepatitis virales, saturación de ferritina, transferrina y ecografía abdominal, así como hemograma completo, pruebas de función hepática y tiempo de protrombina/cociente normalizado internacional, si no se ha ordenado ya. Las pruebas adicionales se basan en factores demográficos y de riesgo. Las pruebas de detección séricas y ecográficas comunes para evaluar la fibrosis incluyen la puntuación del índice de cociente de aspartato transaminasa a plaquetas, la puntuación de Fibrosis 4, el FibroTest/FibroSura, la puntuación de fibrosis de hígado graso no alcohólico, la ecografía estándar y la elastografía transitoria. En general, las pruebas no invasivas son más útiles para identificar a los pacientes con no a fibrosis mínima o fibrosis avanzada. El manejo de la enfermedad hepática crónica incluye asesoramiento dirigido, pruebas de laboratorio y monitoreo por ultrasonido. Los objetivos del tratamiento son prevenir la cirrosis, la descompensación y la muerte. Las várices se monitorizan con endoscopia y, a menudo, requieren profilaxis con betabloqueantes no selectivos. El tratamiento de la ascitis incluye diuresis, restricción de sal y profilaxis antibiótica para la peritonitis bacteriana espontánea, cuando esté indicado. La encefalopatía hepática se maneja con modificaciones nutricionales y de estilo de vida y, según sea necesario, con lactulosa y rifaximina. Los exámenes de detección del carcinoma hepatocelular incluyen exámenes de ultrasonido cada seis meses para pacientes con cirrosis.

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