En Mesoamérica, los cadáveres a menudo se untaban con pigmento rojo, ya sea hematita o cinabrio. La mayoría de los restos arqueológicos incluyen huesos cuya superficie puede ser de color rojo. Al ser el cinabrio un compuesto de mercurio cuya fórmula química es el HgS, no está claro si los iones de Hg se difunden en la red de hidroxiapatita. En este trabajo encontramos que el cinabrio no se disocia fácilmente y, por lo tanto, los iones del cinabrio se propagan después de la muerte, si los hay, no se difunden en hidroxiapatita.
Sin embargo, en huesos del sitio arqueológico de Ranas, cerca de Querétaro, México, encontramos iones Hg en posiciones intersticiales de la red de hidroxiapatita ósea. Ranas era una zona minera de cinabrio. Por lo tanto, la presencia de iones de Hg en la red de hidroxiapatita ósea no puede deberse a rituales post mortem y debe atribuirse a la respiración o ingestión de vapores o soluciones de mercurio durante la vida. Se trata, pues, de un caso de envenenamiento por mercurio, probablemente debido a la exposición a vapores originados en la explotación minera o a alimentos contaminados.