Chorotega

Nativos de América Central, pueblos aborígenes que viven en el área entre los actuales Estados Unidos y América del Sur. Aunque la mayor parte de México se considera geográficamente parte de América del Norte y aunque ha habido contactos culturales entre grupos mexicanos y el Pueblo del Suroeste de los Estados Unidos, el desarrollo cultural de la mayor parte de México pertenece, de hecho, al de América Central. En la parte sur del valle de México y en la región selvática de Yucatán, el México antiguo alcanzó sus mayores logros culturales. Los mayas tenían vínculos con los Chorotega de Nicaragua y Honduras, y éstos a su vez tenían contactos con los Chibcha de Colombia, estableciendo así una cadena cultural centroamericana entre las civilizaciones de México y las de la región andina. Civilizaciones altamente desarrolladas florecieron en México después de la domesticación del maíz y el surgimiento de comunidades agrícolas; los olmecas, los mayas y las culturas de la meseta central, Teotihuacán, Tolteca, Mixteca, Zapoteca y azteca, desarrollaron la arquitectura, la agricultura, el uso de la piedra y, a veces, del metal, a un grado alto, a menudo notable. El Quiché y el Cakchiquel florecieron en Guatemala; además de estos y los Chorotega, el extremo sur de América Central no produjo civilizaciones tan desarrolladas como el resto de América Central. Hoy en día, muchos de los nativos americanos de Panamá, Nicaragua y Honduras, como los San Blas, el Mosquito (ver Costa de Mosquitos) y los Lencas de Honduras, llevan la huella de ascendencia o influencia caribeña. Los Nativos americanos mexicanos después de la conquista española en el siglo XVI. conservaron su modo de vida ancestral en algunas regiones, pero fueron en su mayoría un grupo subyugado hasta el siglo XX. Los artesanos nativos americanos hicieron notables contribuciones al desarrollo temprano de las artes, especialmente en pintura y arquitectura, pero los nativos americanos fueron utilizados principalmente como trabajadores bajo la encomienda y el repartimiento, y miles eventualmente se convirtieron en víctimas del peonaje. No fue hasta después de la revolución de 1910 y el movimiento indianismo de Emiliano Zapata que se hicieron esfuerzos, en particular por parte del presidente mexicano Lázaro Cárdenas, con respecto al desarrollo económico y social de los nativos americanos. Hoy en día, los descendientes de los grupos indígenas americanos antes mencionados, así como pueblos como los Huastecas, los Tarascos, los Yaqui y los Tarahumaras, constituyen un poderoso elemento cultural y económico de la vida mexicana.

Véase J. A. Graham, comp., Ancient Mesoamerica (1966); D. Z. Stone, Precolombino Man Finds Central America (1972); M. P. Weaver, The Aztecs, Maya, and their Predecessors (1972).

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