En el contexto de la gestión de crisis, los bonos convertibles contingentes han sido especialmente reconocidos por su potencial para evitar el colapso sistemático de instituciones financieras importantes. Si la conversión se produce rápidamente, se puede evitar por completo una quiebra debido a una inyección rápida de capital que sería imposible obtener de otro modo, ya sea debido al mercado o a la llamada recapitalización gridlock.In además, debido a su naturaleza de deuda, un bono convertible contingente constituye un escudo fiscal antes de la conversión. Por lo tanto, en comparación con el capital ordinario, el costo del capital y, por consiguiente, el costo de mantener un mecanismo de absorción de riesgos son más bajos. En caso de que ocurra el evento desencadenante, la conversión de deuda en capital reduce el apalancamiento de la empresa.
Además, se dice que la deuda contingente tiene el potencial de controlar el problema del agente principal de una manera bidireccional, involucrando tanto a los accionistas como a los gerentes. La mayor disciplina del mercado y el gobierno corporativo más estricto se ejercen como resultado del riesgo directo de los accionistas de dilución de acciones en caso de que se desencadene la conversión. Se ha argumentado que hacer bonificaciones a los gerentes en forma de instrumentos de deuda convertibles contingentes podría reducir su comportamiento de asunción de riesgos excesivos causados por su esfuerzo por proporcionar a los inversores el rendimiento deseado de los fondos propios.
Un beneficio crítico de la deuda convertible contingente que la distingue de otras formas de deuda absorbente de riesgos es el efecto de la»conversión de empresa en marcha». Cuando el disparador está bien elegido, la conversión automática reduce los apalancamientos precisamente cuando el banco se enfrenta a altos incentivos para el cambio de riesgo. En consecuencia, esta característica garantiza un efecto preventivo sobre la creación de riesgos endógenos, a diferencia de cualquier otra forma de deuda bancaria.Por otra parte, el capital contingente en forma de bonos convertibles sigue siendo un instrumento en gran medida no probado, lo que suscita temores en cuanto a sus efectos, especialmente durante períodos de alta volatilidad e incertidumbre del mercado. La especificación adecuada del desencadenante y la tasa de conversión es fundamental para la eficacia del instrumento. Algunos argumentan que la conversión podría producir efectos de señalización negativos que llevarían a un posible contagio financiero y manipulación de precios. Por último, la comerciabilidad del instrumento sigue siendo dudosa.