Los quistes de inclusión epidérmica se encuentran comúnmente en la cara, las orejas y el tronco. En raras ocasiones, se encuentran en la vulva, la mayoría de las veces asociadas con traumatismos previos. Nuestro caso es un paciente nulíparo de 22 años con siete años de historia de una masa vulvar con anorgasmia en el año anterior. En el examen tenía una masa vulvar de 4 cm, fusión de los labios con epitelio hipestrogénico y sin clítoris visible. Las imágenes revelaron un quiste localizado en el capó del clítoris sin comunicación con la uretra o el clítoris. El paciente se sometió a una escisión quirúrgica del quiste con el objetivo de restaurar la anatomía normal, evitar lesiones en el nervio del clítoris dorsal y minimizar el sangrado. Se hizo una incisión transversal en el aspecto inferior del quiste. Se identificó la pared del quiste y el epitelio vaginal suprayacente se diseccionó bruscamente lejos del quiste utilizando tracción y contratracción con nuestros instrumentos, así como manipulación digital. La pared del quiste se aisló y retiró sin comprometer el tejido circundante utilizando tijeras de tenotomía para una mayor precisión. El quiste se abrió fuera del campo quirúrgico con contenido consistente con un quiste de inclusión epidérmica. Los hallazgos patológicos confirmaron el diagnóstico. Los labios fueron reconstruidos con una serie de puntadas monocrílicas interrumpidas. Seis semanas después de la cirugía, no tenía dolor residual y había restablecido la sensación en el clítoris.